Una definición extendida de la economía circular (EC) a partir de la que propone la Ellen MacArthur Foundation podría ser la siguiente: una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad. Esto implica disociar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos del sistema desde el diseño.
"Economía circular es una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad." Ellen MacArthur Foundation.
Hasta ahora, los modelos de producción tradicionales han asumido la generación de residuos y de desechos como una parte inevitable del proceso de producción. La novedad del concepto de economía circular es que propone que los residuos que se producen a lo largo del proceso de producción pueden generar valor para la empresa al ser utilizados de nuevo. De ahí es precisamente de donde surge el concepto de “circularidad”: los residuos dejan de ser desperdicios y se convierten en un recurso más, reincorporándose al proceso productivo. Es decir, los residuos de unos se pueden transformar en los inputs de otros.
Sin embargo, hay que distinguir entre “economía circular” y “economía verde”. Es verdad que los dos términos hablan del uso de la energía, de las emisiones que se producen a consecuencia de los procesos productivos, y de los recursos naturales como punto de partida de la economía productiva. Pero la principal diferencia entre ambos es que la economía circular se centra en la optimización sostenible y los recursos, mientras que la economía verde es más genérica y aborda todos los procesos naturales.
La Unión Europea produce más de 2.500 millones de toneladas de residuos cada año, aunque actualmente está actualizando su legislación sobre gestión de residuos para promover un cambio hacia el modelo de la economía circular con el objetivo de reducir la cantidad de residuos generados. En la EC, cuando un producto llega al final de su vida útil, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible. De esta forma, estos se pueden utilizar de forma productiva una y otra vez, generando así más valor.
La Unión Europea produce más de 2.500 millones de toneladas de residuos cada año
Este hecho cuenta con muchas ventajas: por una parte, en el modelo de la economía circular, los consumidores reciben productos más duraderos e innovadores que aumentan su calidad de vida y les hacen ahorrar dinero a largo plazo; por otra parte, las empresas obtienen una optimización del uso de recursos, lo que puede contribuir a incrementar la productividad y la sostenibilidad medioambiental.
El objetivo aspiracional de la EC es que no existan residuos, ya que los productos y materiales son reutilizados y reciclados de manera indefinida.
Para que eso sea posible, resulta fundamental reciclar los materiales de los residuos para “cerrar el ciclo”. Por otro lado, la recuperación de energía a partir de residuos también juega un papel importante. La eliminación de desechos debe producirse gradualmente y, cuando sea inevitable, debe controlarse adecuadamente para que sea segura tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Por lo tanto, y aceptando que el desperdicio no es una opción, prolongar y extender la vida útil del producto preservando el valor económico incorporado resulta la forma más efectiva de preservar los recursos. En este sentido, podríamos decir que la vida útil de los productos no es que se haga infinita, pero sí que se hace menos finita.
Ahora bien, ¿estamos cerca de que la economía circular se implemente a gran escala? De momento no, como mínimo por tres motivos:
Sin embargo, es de prever que algún día veamos circular la economía de verdad, porque los distintos gobiernos ya están otorgando relevancia estratégica a esta cuestión en el medio y largo plazo. De hecho, en la actualidad ya existen algunos ejemplos concretos de empresas que están aplicando la economía circular:
En conclusión, como ciudadanos, deberíamos superar las reticencias sobre la calidad de los productos que se generan en la economía circular, así como hacer una correcta gestión de los residuos que se producen en nuestro día a día. Y como empresas, sería bueno introducir la circularidad de un producto desde los primeros estadios de su concepción y diseño. Y naturalmente, ambos, ciudadanos y empresas, deberían participar de manera más activa en el reciclaje y la reutilización de productos.