Los nuevos modelos de cooperativas de vivienda cuentan con elementos innovadores como la participación directa de los socios en la construcción de las viviendas, sistemas de regulación interna profesionalizada para garantizar la convivencia y una gran variedad de líneas de financiación, así como una marcada conciencia medioambiental.
Así lo señala el estudio “Cooperativas de vivienda: nuevas tendencias en creación, gestión y financiación”, presentado hoy por sus autores Ramón Bastida, director de la Cátedra de Vivienda Digna y Sostenible y la profesora Maridalia Rodríguez.
La sesión también ha contado con una mesa redonda en la que han participado Eva Candela, secretaria de vivienda del Partit dels Socialistes de Catalunya; Santiago Merino, abogado del Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi-UPV/EHU, Mercedes Rodríguez, vicepresidenta de Metropolitan House y José Téllez, responsable de comunicación de Sostre Cívic SCCL.
Según el estudio, las nuevas tendencias del cooperativismo de vivienda han marcado un punto de inflexión para éstas, identificándose en la actualidad proyectos muy variados y novedosos con capacidad para satisfacer las necesidades habitacionales que no pueden satisfacer los modelos tradicionales.
“No hay que olvidar que el acceso a la vivienda es uno de los principales problemas de nuestra sociedad y las cooperativas de vivienda son un instrumento que puede ayudar a aumentar el stock de vivienda asequible”, ha señalado Ramon Bastida.
El informe se adentra a revisar las novedades en cooperativas de viviendas, así como su potencial como modelo de promoción de vivienda con origen en la economía social y como alternativa viable a la compra o alquiler tradicional. Lo hace a través del análisis de ocho experiencias nacionales e internacionales en países como Dinamarca, Uruguay o Canadá.
Novedades
La conciencia medioambiental es uno de los aspectos que despuntan en las cooperativas de vivienda actuales. Las más antiguas no contemplaban inicialmente este tipo de aspectos, mientras que en las cooperativas de hoy la sostenibilidad ambiental resulta esencial.
Otro aspecto señalado por el estudio es que se identifica una marcada participación pública en la financiación de las cooperativas de ámbito internacional, mientras que en España esta participación es incipiente. También destaca que en las cooperativas de vivienda españolas se identifica un importante interés por la cesión de uso y el desarrollo de viviendas cooperativas sobre suelo gravado con Derecho de superficie.
“En España siempre ha habido cooperativas para vivienda, pero en los últimos años ha aumentado el interés por la cesión de uso.” ha explicado Maridalia Rodríguez. “La realidad es que los cohousing internacionales tienen un apoyo financiero público mucho mayor que en España; aquí los mecanismos de financiación son muy variados”.
Con respecto al modelo de financiación, el estudio también menciona la colaboración público-cooperativa como una forma innovadora de reciprocidad entre los sectores público y privado que permite ampliar el parque de vivienda asequible, al mismo tiempo que satisface una demanda social de mecanismos más horizontales de codecisión. “La colaboración público-cooperativa se plantea como clave en materia de vivienda”, ha añadido Maridalia Rodríguez.
El análisis de los modelos de cooperativas de vivienda internacionales concluye que en países como Dinamarca, Uruguay o Canadá, este tipo de instrumentos se han convertido en una solución que permite el acceso a la vivienda a precio de coste con base en la autogestión del proyecto por parte de los propios beneficiarios.
En España su implementación se ha inclinado hacia la propiedad, considerándose más como una fase transitoria de corto recorrido que como un modelo real de acceso a la vivienda. “Aquí las cooperativas de vivienda han duplicado el número de inmuebles gestionados en los últimos diez años, por lo que el cooperativismo podría llegar a ser una alternativa de acceso a la vivienda aportando ese plus social, económico y ambiental”, ha concluido Ramon Bastida.