Oriol Amat
Decano de la UPF Barcelona School of Management y catedrático de economía financiera y contabilidad de la Universitat Pompeu Fabra.
"El paso sencillo de una persona valiente es no participar en la mentira, no apoyar al engaño. Que la mentira venga al mundo, incluso domine el mundo, pero no a través de mí"
A. Soljenitsin
La ética nos ayuda a distinguir entre lo que es correcto y lo que no lo es; y nos permite actuar de manera consistente con nuestros valores y los de la empresa. Estos valores acostumbran a incluir la honestidad, el cumplimiento de la palabra dada, la lealtad, la objetividad, el respeto por los demás, la transparencia y la busca de la excelencia, entre otros. Desgraciadamente, los comportamientos éticos no siempre abundan. Cómo dijo Mark Twain:
En este artículo exponemos el concepto de dilema ético, cómo actuar ante este tipo de dilema y también recordamos lo que puede ocurrir cuando se actúa de manera poco ética.
Cómo escribí hace poco en Via Empresa, a menudo nos podemos encontrar en situaciones donde se pueden producir dudas sobre cómo tenemos que actuar. Es lo que se conoce como un dilema ético, que es cuando una persona tiene que decidir entre diferentes alternativas que afectan a sus valores.
Veamos un ejemplo de dilema ético. Es el caso de una empresa que tiene tensiones de tesorería y necesita un préstamo urgente para pagar las nóminas de los empleados. El dilema estaría en el hecho de que si la empresa informa al banco de su situación real, entonces no consiguirá el préstamo y no podrá pagar las nòminas. Pero si engaña al banco manipulando sus balances, podrá conseguir el préstamo y así podrá pagar la nómina. Pero esta forma de actuar puede generar información engañosa y puede ser un delito contable. Cuando los delitos contables se descubren pueden tener consecuencias muy negativas. De acuerdo con Karpoff et al (2008) después del descubrimiento de un engaño contable el 91% de los directivos son despedidos, el 87% son demandados y multados; y el 14% acaban en la prisión.
Cuando un directivo se comporta de manera poco ética también puede perjudicar mucho a su empresa. Como ejemplo, podemos citar el caso de Mike Jeffries, CEO de la empresa norteamericana Abercrombie and Fitch que en 2014 hizo varias declaraciones provocadoras como la siguiente
A raíz de varias intervenciones como la mencionada, la empresa fue muy cuestionada y la cotización de sus acciones pasó de los 80 dólares a los 20 dólares. Poco después, el ejecutivo fue despedido.
Para decidir en este tipo de situaciones, puede ser de utilidad seguir el proceso siguiente que consiste en responder varias preguntas:
En caso de que la respuesta a todas las cuestiones sea favorable, estaríamos ante una alternativa que es legal, coherente con nuestros valores y los de las personas que nos rodean. Por lo tanto, podemos proceder con tranquilidad. En caso contrario, se trata de una alternativa que no nos conviene y nos provocará incomodidades personales o con nuestro entorno. Y si dudamos, mejor no arriesgarse. Cómo dijo Shakespeare: "La honestidad es la mejor política. Si pierdo el honor me pierdo".
Las buenas prácticas en cuestiones de ética no solo se tienen que hacer para sentirnos mejor con nosotros mismos; y con la empresa y sus partes relacionadas (accionistas, empleados, clientes...) sino que además muchos estudios muestran que también son rentables. Como ejemplo, podemos recordar el estudio de The Economist Intelligence Unit (2008) que muestra que estas buenas prácticas provocan un 10% de aumento en la satisfacción de los clientes, entre un 16% y un 20% de aumento de ventas y más de un 13% de ahorro de costes. Cómo se dice a menudo, el mejor negocio es ser honrado.
Amat, O. (2017): Empreses que menteixen, Profit, Barcelona.
Galant, A. y Cadez, S. (2017): Corporate social responsibility and financial performance relationship: a review of measurement approaches, Economic Research Ekonomska Istraživanja, 30:1.
Karpoff, J., Lee, S. I Martin, g. (2008): The consequences to managers of financial misrepresentation, JJournal of financial Economics, num. 88.
The Economist Intelligence Unit (2008): Corporate citizenship: Profiting from a sustainable business.