Javier Wilhelm y Maria Munné
- Directores del Máster en Mediación Profesional de la UPF Barcelona School of Management
La crisis sanitaria del Covid19 ha generado una escalada de problemas asociados, algunos inéditos y la gran mayoría latentes, que con la llegada de una serie de cambios en las interacciones humanas han aflorado y van tomando relevancia en la vida de una población cada día más afectada psicológicamente por el confinamiento.
Así comienzan a visualizarse problemas económicos a causa de las dificultades con la prestación de ciertos servicios repercutiendo en la actividad laboral; conflictos relacionales dentro de las mismas viviendas, dificultados por la falta de intimidad; la repartición de tareas y las formas de gestionar la protección ante el Covid19; conflictos vinculares entre los miembros de la familia como temas de custodia, enfrentamientos entre hermanos por el cuidados de progenitores adultos mayores, disputas entre vecinos por la convivencia vecinal que se ha intensificado, utilización de espacios compartidos, ruidos, salubridad y, por si fuera poco también, conflictos contractuales a partir de la situación de incertidumbre a la que deben adecuarse las organizaciones.
Las disputas a las que estamos expuestos en estos días deben tener una respuesta rápida y ágil, dado que resolución no puede esperar las lógicas de los tribunales confinados, como la mayoría de los servicios al ciudadano. Por este motivo si queremos dar respuesta a las problemáticas actuales debemos utilizar procesos y metodologías que se adapten a las necesidades del momento.
Acceso al ciudadano
Desde la Justicia tratan de invertir el concepto de "acceso a la justicia", de acuerdo a la lógica del mundo que conocíamos hasta ahora. Aunque con sus dificultades, el acceso de la ciudadanía a sistemas de resolución por medio de la Justicia fue un paradigma necesario y oportuno en el siglo XX. En estos momentos y frente al cambio de paradigma que estamos viviendo, creemos que más que nunca es la Justicia quien debe acercarse al ciudadano. Por eso políticas públicas en este sentido, son más oportunas que nunca.
La mediación es un sistema que se adapta a las necesidades de las partes tanto temáticas como de procedimiento, por esa razón en estos momentos es el recurso social que mejor se adapta a la resolución de conflictos interpersonales producido por el covid19.
No es de extrañar la rápida respuesta del Centro de Mediación en el Ámbito del Derecho Privado de la Generalitat de Cataluña, que ha ofrecido mediaciones sin coste para los usuarios durante 6 meses, ni las noticias generadas por distintos organismos promotores de la mediación como GEMME (Grupo de Jueces y Magistrados para la Mediación) que apuestan por dar mas relevancia a la obligatoriedad de la primera sesión de mediación y la conciliación ayudando a la mejora de las intervenciones para que estos procesos no sean una forma de hacer más complejo la resolución del conflicto.
El Departamento de Justicia en Cataluña ha organizado una serie de formaciones a través de videos de expertos que proporcionan mejoras en los procedimientos de mediación, a distancia, para los profesionales que van a asistir a las partes en el conflicto surgido en el confinamiento.
Estos conocimientos destacan las necesidades legales y psicológicas del momento presente. Más allá de la conflictividad objetiva, el profesional de la mediación debe conocer que las situaciones de alteración emocional también distorsionan las percepciones del individuo.
Este aspecto relacional de la interacción es el foco que el mediador debe captar en estos momentos de crisis para saber:
1- si está frente a personas con capacidad de negociación pro-social, que pueden entender la conflictividad en su conjunto y por tanto trabajar por el bien común y a largo plazo
2- si está ante sujetos cortoplacistas que intentan sacar beneficio personal de las situaciones críticas, en cuyo caso debe trabajar desde el empoderamiento para gestionar las consecuencias económicas, legales, emocionales y relacionales de una mala gestión de la crisis del Covid19.
Sin duda, unas intervenciones inéditas hasta el momento y a las que el mediador debe adaptarse en su primeras gestión del confinamiento mundial.