Xavier Brun, Director del Máster Universitario en Finanzas y Banca
En inglés hay una palabra que es empleada en multitud de ocasiones. Esta es Moonshot (disparo a la luna) que fue empleada por primera vez en 1949 cuando Estados Unidos planteó firmemente lanzar un hombre a la luna. Sabía que el esfuerzo para lograrlo era titánico, pero la recompensa máxima.
En España tenemos la antítesis a Moonshot, que es “Santa Rita, Santa Rita, que me quede como estoy”. Una de las frases populares que se pueden aplicar, perfectamente, a la economía española.
Los pilares económicos españoles se han ido adaptando a la nueva realidad económica mundial a la misma velocidad que las placas tectónicas: pocos centímetros al año
Los pilares económicos españoles se han ido adaptando a la nueva realidad económica mundial a la misma velocidad que las placas tectónicas: pocos centímetros al año, o lo que es los mismo, un kilómetro cada doscientos cincuenta años. Esta velocidad es la que permite entender porqué le cuesta crecer a nuestra maltrecha economía.
Pero vayamos por partes. En primer lugar, vayamos a ver los tres pilares en los que se basa nuestra economía.
Por esta razón el PIB español fue el más castigado en 2020 con una bajada del 10,8%, comparado con los -8,9% de Italia, el -7,6% de Portugal o el -4,5% de Alemania.
Pero ahora esto no es importante, sino el problema de suministros mundial. Algo parecido con lo que ocurrió en España con la automoción en los años 60 y 70, ha hecho el mundo. Ha puesto sus fábricas en los países con menor coste de mano de obra, China, Vietnam, Bangladesh, etc. Y claro, con puertos cerrados, barcos trabados y clientes impacientes los fletes de transporte marítimo se han multiplicado por diez este año. Lección aprendida, han dicho las empresas, así que ya están pensando en trasladar parte de la producción y logística a lugares más cercanos a los consumidores.
En un mundo globalizado como el actual, no es el pez grande al que se come al pequeño, sino el rápido al que se come al lento
Y aquí es donde entramos nosotros. Cierren por un momento los ojos y visualicen un mapamundi. Ahora ábranlos y digan dónde estamos nosotros. Sí, efectivamente, en el centro del mundo y por mucho que las placas tectónicas nos vayan moviendo, estaremos aquí mucho tiempo. Luego, ¿Por qué no somos el centro logístico del mundo? O al menos el europeo. ¿Por qué los barcos que vienen de Asia, cruzan el canal de Suez, pero no atracan en Barcelona, València, Algeciras o Bilbao, sino que lo hacen en Rotterdam? Pues porque Santa Rita, Santa Rita que me quede como estoy, si los demás pilares funcionan porque ponerme en otro.
Este es tan solo un ejemplo, pero podríamos pensar en otros como el energético. España cuenta con más de 2.500 horas de sol al año que compara con las 1.600 de Alemania. Entonces, con la eficiencia de los cables de transmisión de energía eléctrica actuales (HVDC) en los que la pérdida cada 1.000km es del 3% vs el 10% de los cables menos eficientes (HVAC), permite que producir electricidad en España y transportarla a Alemania pueda ser rentable.
Mientras pensemos en Santa Rita para que me quede igual y no en disparar a la luna, entenderemos porque el crecimiento del PIB español es tan frágil.
Y terminemos con otra frase, en un mundo globalizado como el actual, no es el pez grande al que se come al pequeño, sino el rápido al que se come al lento.