Roger Pagá, colaborador en la Cátedra Mercadona de Economía Circular
¿Qué tienen en común el car sharing, las reuniones telemáticas vía Zoom, y el reciclaje? Que las tres actividades son ejemplos de lo que se conoce como economía circular. La economía circular representa un cambio de paradigma respecto a los modelos económicos tradicionales.
Los modelos económicos tradicionales se basan en las ideas de extraer, producir, consumir y desechar; las empresas primero extraen recursos del planeta. Luego, esos recursos se transforman en un producto final gracias a un proceso de producción, el cual genera residuos. Finalmente, el producto final es comprado por los consumidores, quienes lo utilizan y en última instancia lo desechan, lo cual genera todavía más residuos. Estos residuos no tienen valor ni para la empresa ni para el consumidor, y simplemente se consideran como un efecto secundario desafortunado de los procesos de producción y de consumo.
La economía circular se basa en la idea de que los residuos generados por los procesos de producción y de consumo se pueden convertir en un recurso.
La economía circular, en contraposición, se basa en la idea de que los residuos generados por los procesos de producción y de consumo no solo se pueden reducir, sino que también se pueden convertir en un recurso, es decir, en algo que tiene valor añadido. Veamos un ejemplo de esto: imaginemos al propietario de un bar. Cada día, el bar sirve docenas de cafés, lo cual se traduce en la acumulación de un residuo: los posos de café. Según los modelos económicos tradicionales, los posos del café no tienen valor alguno para el bar, y son simplemente algo que hay que desechar. Según los modelos de economía circular, los posos del café podrían convertirse en un recurso. ¿Cómo? En vez de desecharlos, el propietario del bar puede venderlos a una empresa que utilice los posos del café como materia prima. Por ejemplo, la empresa de ropa Ecoalf utiliza posos de café para fabricar textiles. Así pues, la cooperación entre el bar y la empresa de ropa transforma un residuo en un recurso, y crea valor para ambas empresas. Recuperemos ahora los ejemplos usados al principio del texto; ¿por qué el car sharing, las reuniones vía Zoom, y el reciclaje son ejemplos de economía circular?
- La relación entre reciclaje y economía circular debería ser intuitiva; reciclar implica utilizar un residuo para producir/ayudar a producir un nuevo producto. Así pues, vemos de nuevo esta transformación del residuo en recurso. El ejemplo de los posos del café, en que éstos se utilizan para producir textiles es de hecho un ejemplo de reciclaje (y de economía circular).
- Las reuniones vía Zoom son un ejemplo de economía circular ya que permiten reducir los residuos generados al mantener una reunión presencial. Por ejemplo, una reunión presencial puede implicar un desplazamiento al lugar de la reunión utilizando un automóvil, lo cual genera residuos (emisiones de CO2). Si la reunión es a través de Zoom, esos residuos desaparecen.
- El car sharing es un ejemplo de economía circular ya que disminuye la necesidad de poseer un vehículo propio. El mismo vehículo es ahora reutilizado por varias personas. Nuevamente, eso se traduce en menos de residuos (emisiones de CO2).
Estas tres ideas –Reducir, Reutilizar, y Reciclar- son los tres grandes pilares de la economía circular y técnicamente se conocen como el modelo de las 3Rs.
Reducir, Reutilizar, y Reciclar son los tres grandes pilares de la economía circular y técnicamente se conocen como el modelo de las 3Rs.
Reduciendo, reutilizando y reciclando, la economía circular permite optimizar el uso de los recursos. Para las empresas, esta optimización es una oportunidad de incrementar su productividad. Para el consumidor, es una oportunidad de vivir en un mundo más medioambientalmente sostenible. Desde hace años existe un interés político para crear sociedades más medioambientalmente sostenibles; no es pues de extrañar que tanto a nivel europeo como español haya muchas esperanzas puestas en la economía circular:
- En 2015 y 2020, la Comisión Europea adoptó planes de acción para impulsar la economía circular. Para Europa, la economía circular ayudará a “evitar los daños irreversibles causados por el uso de recursos a un ritmo que excede la capacidad de la Tierra para renovarlos […]” y por tanto será “fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030”.
- A nivel español, el gobierno central ha creado la Estrategia Española de Economía Circular: España Circular 2030, la cual establece una serie de orientaciones estratégicas y se marca una serie de objetivos cuantitativos sobre economía circular que deberían ser alcanzados para el año 2030.
Tras haber visto lo que promete la economía circular y el interés político que hay para adoptarla, una pregunta que podemos hacernos es: ¿Qué pueden hacer los consumidores y las empresas para facilitar la transición hacia una economía más circular?
Como hemos dicho, la economía circular gira en torno a las 3Rs: reducir, reutilizar y reciclar. Para las empresas, esto puede implicar:
- Rediseño del producto: en la economía circular, los productos se diseñan desde la base para durar, para ser reciclados, y/o para ser remanufacturados. Esto implica, entre otras cosas, ser muy cuidadoso con la selección de materiales.
- Cooperación entre empresas, posiblemente de industrias distintas. Los residuos de una empresa pueden convertirse en las materias primas de otra (recordar el ejemplo de los posos de café, que terminan usándose para producir textiles).
- Repensar el modelo de negocio: ¿Puedo digitalizar lo que vendo (ej. banca online en vez de banca tradicional), o el modo cómo lo vendo? (ej. venda online en vez de venda en tienda física). ¿Puedo vender un servicio en vez de un producto? (ej. en vez de vender automóviles, vender el derecho a utilizar un automóvil por tiempo limitado).
- Cambios en la cultura organizacional: los principios de la economía circular se deberían considerar durante la selección de personal, durante su capacitación (formación interna), y durante su evaluación (sistema de recompensas).
- Cambios en la política de comunicación (marketing): ser una empresa que adopta los principios de la economía circular puede ser una ventaja competitiva en un entorno donde los consumidores están cada vez más concienciados sobre la importancia de la sostenibilidad medioambiental. Sin embargo, también existen consumidores que piensan que los productos reciclados o remanufacturados son de peor calidad, o consumidores que van a ser reticentes a confiar en empresas que utilizan modelos de negocio no tradicionales (ej. car sharing, banca online…). Por tanto, el marketing juega un papel muy importante en este contexto, pues debe comunicar la importancia de ser circular y despejar los prejuicios que los productos o servicios circulares puedan generar.
- Nuevos instrumentos de medición: del mismo modo que las ratios de contabilidad financiera nos informan de la salud financiera de una empresa, existen indicadores que miden la efectividad de las acciones de economía circular. Es esencial para las empresas conocer y utilizar estos indicadores de circularidad para monitorizar la efectividad de sus acciones.
En cuanto a los consumidores, también existen varias acciones que éstos pueden tomar para facilitar la transición hacia una economía más circular:
- Practicar las 3Rs: del mismo modo que las empresas, los consumidores también pueden realizar acciones orientadas a reducir residuos, reutilizar productos, y reciclar.
- Una mente abierta: un estudio sugiere que los consumidores son el primer freno a la creación de productos o servicios circulares. Esto ocurre por al menos dos motivos: reticencias sobre la calidad de esos productos (¿puede un producto remanufacturado tener la misma calidad que un producto nuevo?) y reticencias a la hora de aceptar nuevos modelos de negocio no tradicionales (como por ejemplo, el car sharing).