Fàtima Vidal Ayuso
Profesora del Área de Estrategia y Emprendimiento.
Profesora asistente del Postgrado en Emprendimiento Social y Desarollo Sostenible
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El concepto de economía circular cada vez está más presente en nuestras vidas. Hasta hace poco, el modelo productivo lineal –caracterizado por extraer, producir y tirar– era el más aplicado, pero está llegando a su límite. Por este motivo se considera la economía circular una nueva alternativa, basada en tres principios muy claros: la eliminación de residuos y la reducción de la contaminación; el mantenimiento de los productos y los materiales en uso; y la regeneración de los sistemas naturales. Estos son los principios que se transmiten desde la Fundación Ellen MacArthur, conocida por su compromiso con la economía circular y la sostenibilidad.
Sin embargo, la economía circular no solo se basa en el reciclaje, sino que va más allá, ya que esta estrategia por si sola no es suficiente para un modelo productivo respetuoso con el medioambiente. El modelo productivo circular estaba vinculado años atrás con las "3R" (reutilizar, reciclar y reducir). En la actualidad, no obstante, el modelo ha evolucionado y ya se habla de las "9R" (rechazar, reducir, reutilizar, reparar, restaurar, remanufacturar, rediseñar, reciclar y recuperar). Ellen MacArthur añade, incluso, "repensar" con la finalidad de tomar consciencia de las acciones que se realizan.
Por otra parte, se establece que la economía circular se ha convertido en un nuevo paradigma, ya que son muchas las organizaciones que la promocionan. Entre ellas, la Comisión Europea (CE) o la Organización de Naciones Unidas (ONU), mediante proyectos como European Green New Deal o a través de los Objetivos de Desarollo Sostenible (ODS), respectivamente.
Modelos de negocio circular
Este nuevo paradigma promueve que las entidades repiensen su modelo de negocio y se adapten para poder implementar modelos de negocio circulares. El informe de Accentur sobre "La ventaja circular", pone de relevo la aparición de nuevos modelos de negocio circulares, también recogidos por AENOR en su «Guía práctica para implementar la economía circular en las pymes». Los principales modelos son:
Sin embargo, en un futuro próximo, a esta clasificación se añadirán nuevos modelos de negocio circulares focalizados en las tendencias de los distintos sectores, las necesidades de los consumidores y de los empresarios, la tecnología y, sobre todo, el cuidado del medioambiente. La economía circular aporta beneficios no solo para el medioambiente, sino también para la sociedad, que debe adaptarse a este nuevo paradigma y tomar consciencia para llegar a formar parte del proceso. No solo debe haber voluntad empresarial, sino de todo el mundo.
En definitiva, la economía circular, tal como afirma Kircherr, tiene el objetivo de conseguir un desarrollo sostenible que mejore la calidad medioambiental, la prosperidad económica y la igualdad social. Reciclar es, simplemente, una acción más a tener en cuenta, pero no la única.