Las bolsas se han teñido de números rojos. Los precios de las materias primas se han empezado a disparar con el ataque ruso sobre Ucrania. Rusia es el segundo productor mundial de petróleo y el principal proveedor de gas natural de Europa. Los inversores han visto que las sanciones económicas que están a punto de llegar harán tambalear estos suministros. La gasolina y el gas han subido de precio y esto acabará teniendo repercusión en el precio de la luz. De hecho, el barril Brent ya supera los 100 dólares y el gas sube un 30%.
Además Rusia también tiene parte del mercado de cereales, como el trigo y el maíz, que han escalado su precio, así como metales clave como el aluminio, níquel o el paladio, unos encarecimientos que se notarán en el bolsillo de los consumidores. Catalunya importó en 2021 por valor de 372,2 millones de euros desde Ucrania.
"El ataque de Rusia en Ucrania hace subir el precio de materias primas y energías, cosa que se traducirá en un incremento de la inflación"
El director del Máster en Finanzas y Banca de la UPF Barcelona School of Management, Xavier Brun, explica que "una persona de la calle que se quiera hacer la ventana de aluminio de casa, por culpa de esta situación en Ucrania, le costará más dinero; o quien se quiera comprar un coche hecho de acero y aluminio; llenar el depósito o utilizar la calefacción será mucho más caro", añade el profesor Brun.
Todos estos encarecimientos de materias primas se traducen también en la factura de la electricidad, que si ya estaba en máximos históricos, ahora todavía se podrá ver como vuelve a subir.
Todas estas subidas de precios "se basan en expectativas, las sanciones y la imposibilidad de comprar al mercado ruso hacen que se tengan que buscar otras fuentes de suministros y los precios se incrementen".
Y por supuesto si la gasolina también se encarece, esto se transmite al coste del transporte de muchos productos, empezando por la alimentación: "Llevar los productos de un punto a otro será más caro y esto hace subir los precios de la cesta de la compra y, por lo tanto, todos estos ingredientes juntos a la bateadora nos da un incremento de la inflación". Una inflación provocada por la carencia de oferta, no por la buena marcha de la economía.
En este sentido, y sobre las sanciones a Rusia, el profesor explica que los mercados han considerado que son ligeras: "Sanciones sin precedentes fueron las de Venezuela, donde no se podía hacer ningún tipo de transacción con aquel país, pero con Rusia no es el caso". El motivo? "La inflación, que ya es bastante alta en los países occidentales, y si quieren pararla subiendo tipos también se puede ahogar la economía", afirma Brun.
"Los mercados han detectado que las sanciones sobre Rusia sueño blandas y el motivo de esta ligereza es que el miedo a un incremento de la inflación, que a las economías europeas ya es alta"
Los Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino unido intentarán cortar el suministro de semiconductores a Rusia para caparle la competitividad y la capacidad de producir muchos productos. Además, otro tema sobre la mesa seria retirar la tecnología bancaria SWIFT: "Esta sería la sanción más importante, el SWIFT es el software que permite que se pueda transmitir dinero electrónicamente, permite hacer transacciones bancarias simples, rápidas y digitales", afirma Brun. El 80% de las transacciones del mundo se hacen digitalmente: "Si cortas esto, cortas las venas que corren por Rusia, convirtiéndola en una isla. Y esto quizás lo harán con los bancos más próximos a Putin, todo por el miedo a un efecto rebote", dice el profesor.
La guerra tendrá un impacto sobre todo el resto de cosas a su alrededor: "Finalmente, si la inflación sube, la única manera de controlarla es subiendo los tipos de interés. De forma que nos afectará directamente, por ejemplo, en las hipotecas".
"Todo esto que parece muy lejos está más cerca de lo que nos pensamos", remacha Brun.