La crisis de Covid-19 ha alterado todos nuestros planes. En una situación de excepcionalidad como la actual, todo aquello que habíamos aprendido del pasado y que debíamos aplicar para disfrutar en el futuro ha desaparecido. El presente se ha impuesto rotundo, obligándonos a centrarnos exclusivamente en el ahora y aquí. Así lo ha expuesto Josep Maria Galí, vicedecano de Executive Education de la UPF Barcelona School of Management, durante la sesión en línea 'Excepcionalidad, Management y Marco Aurelio', dentro del ciclo de webinars Rethinking Management.
Ante esta situación inédita, los cuatro factores (temporal, espacial, social y el contexto de rol) que nos habían regido en el pasado, se disuelven y dan paso a otras realidades. Uno de los sectores que más ha sufrido la alteración temporal ha sido el de las organizaciones, del management, que ha visto como la "estrategia de invertir en hoy para recuperar mañana ha quedado en entredicho, amenazada", ha considerado Galí. Ahora bien, las afectaciones en la dimensión física han tenido también una importante incidencia en las empresas. El estado de alarma decretado por el gobierno español forzó a muchas entidades a instaurar el teletrabajo, un sistema con el que sus individuos "acaban reconociéndose a través de las pantallas" y quedan "privados de las pequeñas alegrías del día a día". "Nuestro espacio físico termina siendo un espejo donde nos vemos reflejados y que lleva a cuestionar: ¿qué aporto a la empresa? ¿cuál es mi valor?", ha indicado Galí.
El vicedecano d'Executive Education de la UPF-BSM también ha señalado que, contra todo pronóstico, el factor social "ha salido reforzado". "La interacción social se ha visto reforzada, en muchos casos, gracias a las posibilidades que nos brinda la tecnología", ha celebrado Galí, que, no obstante, ha admitido que ha dependido de cada caso. Si bien es cierto que las relaciones interpersonales se han visto reforzadas, la dimensión conocida como "gran sociedad" ha sufrido afectaciones gigantescas. "Hemos vuelto a categorizaciones arcaicas y peligrosas regresiones", ha lamentado el ponente, aunque ha apuntado que la pandemia nos ha ayudado a "tomar consciencia de la importancia de la manda: o todos, o nada".
Es evidente que la situación es crítica y, como nos demuestra la psicología, los confinamientos solitarios de tantas personas pueden afectar también y en gran parte, en la percepción de la realidad, llegando incluso a distorsionarla. "Lo que preocupa a las personas no son las cosas, sino su juicio sobre las cosas", dijo Epicteto, filósofo estoico de referencia de Marco Aurelio, emperador durante el período de máxima expansión de la Roma imperial. La clave ha admitido Galí es saber invertir las dificultades porque, ha ilustrado, grandes títulos del pensamiento y de la literatura han surgido del encierro forzoso (sirvan de ejemplos la obra de Nietzsche o el Don Quijote de Miguel de Cervantes).
La crisis sanitaria que vivimos es excepcional. Lo es por su condición de temporalidad pero, también, porque por primera vez la sufrimos toda la humanidad a la vez. Ante las dificultades, entonces, es imprescindible que afloren los liderazgos que, aunque perciban miedo, sabrán anteponerse. "El líder no está para salvarse a él. Está para intentar llevar a puerto una nave llena de personas", ha matizado Galí. Serán aquellos líderes y organizaciones que sepan leer en esta excepcionalidad las formas de trabajo y de management del futuro las que habrán avanzado. Aquellas que lo hagan de forma colaborativa, cohesionada y no individualista. "Si no ves claro qué es lo que debes hacer, suspende tu juicio y usa a sus mejores consejeros", recetaba Marco Aurelio en el siglo II dC. Hoy, en el año 2020, también nos lo recomienda Josep Maria Galí.
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