Susana Domingo
Directora del Área Académica de Estrategia y Emprendimiento
Directora del Executive MBA
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Según el Banco Mundial, la población humana está equilibrada prácticamente al 50% entre hombres y mujeres. Podría parecer, pues, que el mundo está bien repartido. Que, por justicia, hay paridad en todos los ámbitos de la vida y que la igualdad de género es una realidad. Pero los datos reflejan una realidad distinta, como también evidencian que la igualdad todavía está muy lejos de ser verdad, los movimientos que todavía luchan para este fin.
Solamente 4,7% de las mujeres son emprendedoras en España, mientras que en Europa lo son el 6,3%. Esta realidad conlleva que las mujeres impulsen únicamente el 20% de las startups
Ahora bien, ¿qué nos dicen los datos sobre igualdad en el ámbito del emprendimiento? Pues que únicamente el 4,7% de las mujeres son emprendedoras en España y el 6,3% en Europa. Esta realidad genera que las mujeres impulsen solamente el 20% de las startups y, además, esta cifra está estancada desde hace años. Así, los datos también evidencian que el emprendimiento, como muchas otras actividades humanas, está lejos de la igualdad de género. No exclusivamente a nivel local, sino también europeo.
Partiendo de los datos iniciales que muestran que el mundo está repartido –numéricamente– de forma igualitaria entre hombres y mujeres, ¿cuáles son los motivos que comportan que en el emprendimiento las cifras sean tan dispares?
Menos presencia de mujeres en las áreas de conocimiento llamadas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics). Los grandes referentes mundiales de este sector, como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg o Elon Musk, son hombres que han recibido una gran atención mediática, mientras que Estée Lauder es más bien un referente d emarca, pero no por la mujer emprendedora que hay detrás y que en los años 40 creó un imperio con su nombre que todavía sigue en pie hoy en día. Una situación que también se experimenta con Coco Chanel o Carolina Herrera, más conocidas por sus diseños que por su emprendimiento. Oprah Winfrey, reconocida como a una periodista excepcional, pero no como a fundadora y gestora de un gran imperio de la comunicación. Todo el mundo conoce el Huffington Post, pero nadie conoce a la fundadora, Arianna Huffington.
Afortunadamente, en nuestro hogar se ha observado en los últimos años un aumento de la visibilidad en los medios de comunicación de casos de éxito protagonizados por mujeres: Carme Ruscalleda, chef; Mar Alarcón, fundadora de Social Car; Carlota Pi, fundadora de Hola Luz, etc.
Lo ponen todavía más difícil, aspectos culturales como el cuestionamiento del éxito de las mujeres en ciertas actividades mientras se celebran ruidosamente los éxitos de los hombres, como explicó Eli Abad, fundadora de Between Technology, durante la sesión "Emprender en femenino", organizada por la UPF Barcelona School of Management. Que a los niños se les eduque para ser valientes y dominantes y a las niñas para gustar y complacer, no ayuda nada a cerrar la brecha de género en el sector.
En preparación y en sentido de responsabilidad, las mujeres superan a los hombres, y varios estudios indican que ellas tienen mayor aversión al riesgo, por lo que toman en consideración más factores en el momento de tomar decisiones que los hombres. Evitan temeridades y piensan más en las consecuencias de sus actos.
Varios estudios indican que las mujeres tienen mayor aversión al riesgo, por lo que toman en consideración más factores en el momento de tomar decisiones. Evitan temeridades y piensan más en las consecuencias
La mayor dedicación de la mujer en las tareas domésticas juega en contra de sus probabilidades de emprender –sencillamente porque priorizan el bienestar de su familia a sus inquietudes–, mientras que el varón no se siente obligado a hacerlo, en muchos casos. Eso supone que la mujer disponga de menos tiempo para poder iniciar una actividad económica y se vea inclinada a aceptar trabajos en función de su horario y no de su vocación o ambición. Además, estudios indican que las mujeres, cuando emprenden, a menudo lo hacen por necesidad y no por vocación.
Se tiende a asociar el emprendimiento femenino a negocios con baja intensidad tecnológica y vinculados a la moda y al impacto social. Por supuesto, estas actividades no son criticables por su naturaleza, todo lo contrario, aunque contribuyen a la perpetuación de un estereotipo que se debería superar. Sin embargo, en los últimos años, vemos más presencia de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos como las fintech, el health (salud digital, biotech, sextech) o el edutech.
Respecto a los inversores, los fondos de capital riesgo parecen mostrar más sensibilidad hacia cuestiones de género, aunque todavía es insuficiente. En 2020, solo el 10% de los Business Angels fueron mujeres en Catalunya.
Aunque se tiende a asociar el emprendimiento femenino a negocios con baja intensidad tecnológica, en los últimos años vemos más presencia de mujeres en sectores como las fintech, el health o el edutech
Monica Dodi, tras trabajar muchos años como ejecutiva de grandes multinacionales norteamericanas (Warner Bros y MTV), consciente de esta gran desigualdad, lideró la creación de Women's Venture Capital Fund, una firma de inversión de capital riesgo que invirtió únicamente en proyectos de negocio impulsados por equipos con diversidad de género, origen y etnia. En este sentido, otra iniciativa reciente es una asociación sin ánimo de lucro fundada por mujeres, WA4STEM (Women Angels for STEM), orientada a dar apoyo a proyectos emprendedores impulsados por mujeres en el ámbito STEM.