Ramon Bastida Vialcanet
Vicedecano de Transferencia de Conocimiento
Director del Postgrado en Emprendimiento Social y Desarrollo Sostenible
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En los últimos meses hemos tenido que afrontar una pandemia global a la que se han destinado muchos esfuerzos y recursos. Pero más allá del covid-19, existen otros retos a los que se enfrenta en planeta. El cambio climático nos obliga a tomar medidas para reducir el nivel de calentamiento global; el envejecimiento de la población es otro de los desafíos que afrontan los países desarrollados y que requieren medidas para garantizar los cuidados, la atención y la calidad de vida de las personas de edad avanzada; la pobreza y las desigualdades son otro reto a nivel planetario que Naciones Unidas recogió en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Su logro solo será posible si se produce una colaboración entre varios actores:
En 2011, Porter & Kramer, dos profesores de Harvard, presentaron un nuevo paradigma de la creación de valor de las empresas al que llamaron Shared Value (valor compartido). Actualmente hay un corriente muy importante en el mundo empresarial que comparte este nuevo paradigma y que considera que las compañías deben crear valor económico para garantizar su viabilidad económica, pero, a su vez, deben crear valor social en su comunidad y contribuir a reducir su impacto en el medio ambiente para luchar contra el cambio climático. A este corriente debemos sumarle una tendencia creciente a la creación de empresas por parte de personas con un elevado nivel de consciencia sobre los retos que afronta el planeta. El resultado es un aumento importante del emprendimiento con impacto.
El emprendimiento con impacto consiste en la creación de empresas que buscan soluciones a los retos sociales y medioambientales a través de una actividad económica viable
Este tipo de emprendimiento consiste en la creación de empresas que pretenden buscar soluciones a los retos sociales y medioambientales mediante una actividad económica que garantice su viabilidad y supervivencia. Algunos aspectos relevantes para la creación y gestión de este tipo de empresas son los siguientes:
En el ámbito de las cooperativas podemos encontrar muy buenos ejemplos de emprendimiento social. Una iniciativa interesante es Suara, especializada en la atención a personas, que ya hace unos años que decidió apostar por el emprendimiento social. En 2018 creó SuaraLab, un laboratorio de innovación social que ofrece varios servicios de acompañamiento a las personas emprendedoras para hacer realidad sus proyectos. Actualmente, SuaraLab tiene incubados varios proyectos como "Deixa't Cuidar" –un servicio de fisioterapia en la empresa–, o "De pis en pis" –una plataforma que pone en contacto a personas que buscan y ofrecen alojamiento para vivir en un piso compartido y que cuenta con la colaboración de una intraemprendedora de la cooperativa Suara, que trabaja codo con codo con la startup.
Todavía quedan muchos retos para las personas que tienen ganas de crear un proyecto empresarial con impacto
Otra iniciativa surgida del sector público es la red de 14 ateneos cooperativos repartidos por el territorio catalán que dan apoyo a personas emprendedoras en el proceso de creación de un proyecto con impacto. Durante 2020, los ateneos cooperativos contribuyeron a la creación de 131 empresas de economía social entre cooperativas, asociaciones, fundaciones y mutualidades. Son los casos de "La Feixa", un supermercado cooperativo dedicado a la comercialización de productos locales ubicado en Mataró, o la "Cooperativa Energética del Pedrafoca", que tiene como objetivo producir energía solar para abastecer el pueblo de Saldes mediante la construcción de un parque solar en unos terrenos cedidos por el ayuntamiento.
Cada día estamos más cerca de superar el covid-19, pero todavía quedan muchos retos para aquellas personas que tengan ganas de crear un proyecto empresarial con impacto.