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El emprendimiento verde se gana a los inversores

1 Junio - 2021
Emprenedoria verda

Fàtima Vidal Ayuso
Professora del Área Académica de Estrategia y Emprendimiento
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Gran parte de las empresas de todo el mundo están virando ya su estrategia hacia productos sostenibles y reciclados o apostando por energías renovables para atender a las demandas del planeta. Es el caso de Nike, que cuenta con una línea de productos de materiales sostenibles y que lucha para disponer de una cadena de suministro más responsable, o de Ikea, que ha ampliado el catálogo de productos elaborados a partir de materiales renovables y reciclados y que ha eliminado los plásticos de un solo uso. 

Sin embargo, más allá de la adaptación de algunas compañías, hay empresas que ya nacen con la voluntad de cuidar del medioambiente. Es el caso de Ecoalf, una marca de ropa sostenible que fabrica gran parte de sus piezas a partir de plásticos reciclados extraídos de los océanos; o de Reby, empresa que proporciona soluciones de movilidad mediante el uso de patinetes eléctricos fabricados a partir de componentes reutilizables. Ahora bien, ¿cómo surgen estas ideas?

¿Qué es el emprendimiento sostenible?

El emprendimiento sostenible, también conocido como green entrepreneurship, es la actividad de afrontar conscientemente los problemas y las necesidades ambientales y sociales y, a su vez, proponer ideas empresariales innovadoras que aporten una solución. Se considera que esta característica corresponde a las entidades que han sido creadas con la finalidad de integrar en sus modelos de negocio la sostenibilidad como parte necesaria para lograr el éxito, siendo un motor de ideas que transforma el entorno. 

Para que la actividad empresarial sea sostenible debe crear valor que garantice la protección del medioambiente y genere prosperidad económica y cohesión social

Este tipo de emprendimiento comporta un proceso a largo plazo que persigue el desarrollo sostenible, que no solo incluye la sostenibilidad ambiental, sino también la económica y social. Es decir, para que la actividad empresarial sea realmente sostenible debe haber una creación de valor que, más allá de garantizar la protección del medioambiente, también genere prosperidad económica y cohesión social

De hecho, ya existen ciertos objetivos relativos al concepto de sostenibilidad plena que indican que cuando se habla de "protección medioambiental" no solo se hace referencia a la reducción de emisiones de efecto invernadero:

  • Fomentar la reducción, reutilización o reciclaje de residuos
  • Reivindicar los recursos naturales de un territorio y respetar a los productores locales
  • Conservar o restablecer la biodiversidad
  • Generar bienestar y mejorar la cohesión social
  • Buscar eficiencia ambiental
  • Minorar la huella de carbono


La figura emprendedora sostenible es muy importante en el desarrollo económico, ya que se preocupa por la protección del medioambiente, una de las cuestiones más importantes hoy en día. 

Un inversor más concienciado y menos especulativo

La sensibilidad creciente respecto al planeta ha ocasionado la aparición de un perfil de inversor también mucho más concienciado con la causa. Se define como un inversor estable, no especulativo, sensible a los riesgos y, sobre todo, determinado a generar impacto positivo en una sociedad cada vez más comprometida con el medio ambiente. 

De este modo, se puede considerar que ha habido un cambio de mentalidad en el accionista, que busca una inversión más madura y a largo plazo. Esta actitud ha sido parcialmente animada por los incentivos llegados de la Unión Europea a través de los Fondos de Recuperación Europeos o por los mismos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), impulsados por la Organización de Naciones Unidas (ONU). 

La sensibilidad respecto al planeta ha ocasionado la aparición de un perfil de inversor consciente con la causa, más estable y no especulativo

Según un estudio realizado por CB Insights, las startups con una clara orientación sostenible se han visto beneficiadas en el último año, ya que se ha observado un incremento en sus inversiones. Curiosamente, una de las industrias más favorecidas ha sido la de las proteínas vegetales. A nivel estatal, uno de estos ejemplos es Heura, una empresa que pretende fomentar los hábitos alimenticios con un menú 100% sostenible dejando de lado a los animales como intermediarios indispensables para conseguir productos cárnicos. Casos como este evidencian que, más allá de la implicación por parte de los inversores, también se requiere la de los consumidores. 

La sostenibilidad es un concepto ligado al presente y al futuro, que implica bienestar económico, social y ambiental. Esta implicación tridimensional empuja a la sociedad, al sector empresarial y a los accionistas a confiar y potenciar en el emprendimiento que trabaja para llegar a un equilibrio entre el medioambiente y el crecimiento económico.

ODS Fàtima Vidal CAT

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