Antoni Durán-Sindreu
Director del Máster en Asesoría Fiscal
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Ya está en vigor el nuevo Impuesto Sobre las Grandes Fortunas, pero, ¿cómo nos afecta? Al tratarse de un impuesto temporal, nace con la vocación de aplicarse tan solo a unos períodos en concreto, aunque se prevé la posibilidad de su prórroga a los años siguientes.
Se trata de un impuesto que grava el patrimonio neto, es decir, la diferencia entre lo que tenemos y lo que debemos, y que se valora de acuerdo con las normas que ya son de antiguo como el Impuesto Sobre el Patrimonio. De hecho, este nuevo impuesto replica toda la normativa del Impuesto sobre el Patrimonio. Nada nuevo, por tanto, al respecto.
Este nuevo impuesto no aporta mucha novedad y de hecho, creo que no va a gravar a las grandes fortunas, sino a los patrimonios altos, que son dos conceptos que no necesariamente coinciden
Los tipos impositivos que se aplican en este caso son algo inferiores a los tipos que, con carácter general, se aplican en el Impuesto sobre Patrimonio. Esto quiere decir que, en la medida que las personas van a poder deducir lo que se ha pagado en el Impuesto sobre el Patrimonio en la comunidad en la que se reside, solamente van a pagar el nuevo impuesto las personas que residan en comunidades en las que se ha suprimido el impuesto –Andalucía, Madrid o Galicia, entre otras–, o en aquellas comunidades en las que los tipos impositivos del Impuesto sobre el Patrimonio están por debajo de los tipos generales del Estado. Es el caso, por ejemplo, de Catalunya.
No se trata, pues, de un impuesto en realidad novedoso, sino de una réplica, casi un plagio, del Impuesto sobre el Patrimonio en su versión moderna. No aporta mucho más y, si me permiten, creo que no va a gravar a las grandes fortunas, sino a los patrimonios altos, que son dos conceptos que no necesariamente coinciden.
Los tipos impositivos que se aplican en este caso son algo inferiores a los tipos que, con carácter general, se aplican en el Impuesto sobre Patrimonio
En cualquier caso, y para finalizar, este es un impuesto de vendetta fiscal, de vendetta política. Tú sacas el impuesto y yo lo pongo de nuevo y, por tanto, nada tiene que ver con una mejora de la redistribución de la renta ni de la progresividad del sistema tributario.