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ESPECIAL FINANZAS SOSTENIBLES (I): ¿Conoce el inversor los productos de finanzas sostenibles?

26 Octubre - 2020

Carolina Luis Bassa


Carolina Luis Bassa
Directora del Departamento de Business & Management Strategy de la UPF Barcelona School of Management
Directora de la Cátedra Mercadona de Economía Circular

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Las instituciones financieras han comenzado a desarrollar productos que tienen como objetivo reorientar los flujos de capital hacia inversores que potencien un crecimiento sostenible e inclusivo, que integren la sostenibilidad en la gestión de riesgos y que fomenten la transparencia y las inversiones a largo plazo

Se entienden por finanzas sostenibles aquellas que adoptan un criterio ético y se relacionan con la "financiación para realizar inversiones a largo plazo, teniendo en cuenta cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno". Estas incluyen, también, productos financieros destinados a subvencionar proyectos que presentan una iniciativa social o "verde", término que se utiliza para referirse a productos y servicios que satisfacen las necesidades de los clientes sin causar contaminación o detrimento del medio ambiente.

A raíz del plan de acción diseñado por la Comisión Europea (2018) para financiar el desarrollo sostenible, las instituciones financieras han comenzado a desarrollar productos que tienen como objetivo reorientar los flujos de capital hacia inversores que potencien un crecimiento sostenible e inclusivo, que integren la sostenibilidad en la gestión de riesgos y que fomenten la transparencia y las inversiones a largo plazo.

Las finanzas sostenibles pueden clasificarse en función de su naturaleza o criterios a los que se destinan los fondos. Dentro de esta clasificación, se destacan los siguientes criterios:

  • Inversión Socialmente Responsable (ISR). Son inversiones que incluyen criterios medioambientales, sociales y de gobernanza, además de los criterios puramente económicos como liquidez, rentabilidad y riesgo. La elección de este producto conlleva entonces una parte subjetiva por parte del inversor en su decisión de invertir o no en este tipo de producto. Estas inversiones buscan asociar a las empresas en colaboración con organismos públicos en el avance hacia una nueva era de sostenibilidad para aprovechar oportunidades y evitar riesgos. En este tipo de producto se pueden incluir también las inversiones a largo plazo.
  • Banca ética. También conocida como social o alternativa. Se denomina Banca Ética a todas aquellas entidades que ofrecen productos financieros cuyo objetivo es crear una utilidad de carácter social para el entorno que le rodea, yendo más allá de la búsqueda del beneficio económico. Este objetivo social hace referencia a la rentabilidad social del capital invertido y a la responsabilidad social del inversor. A estos aspectos se añaden también cuestiones como la sostenibilidad y democracia en su gestión buscando transmitir, además del componente económico, un componente ético a través de la financiación de proyectos con impacto social y ambiental. Esta diferencia puede llegar incluso al modo de gestionar la compañía internamente basando las decisiones en la participación de los empleados.
  • Microfinanzas. Se trata de servicios financieros básicos (préstamos de dinero, tarjetas de débito, etc.) para personas / colectivos con pocos recursos que no pueden acceder al sistema financiero tradicional. Las microfinanzas asocian sus productos a fines no exclusivamente económicos, como puede ser promover el crecimiento de una determinada región. El objetivo principal es incluir a personas con pocos recursos en el uso de productos financieros.

En función de estos criterios de clasificación, las instituciones financieras han creado diversos tipos y variedades de productos de finanzas sostenibles para invertir según su naturaleza:

  • Fondos de pensiones y de inversión. Instrumento de canalización del ahorro de particulares hacia un modelo de inversión sostenible, administrado por un organismo gestor. Los ahorradores cada vez se preocupan más por el futuro, ya sea para mantener su poder adquisitivo en el momento de la jubilación o para que cuando se llegue al futuro inmediato, este sea sostenible.
  • Bonos verdes y sociales. Son títulos de deudas emitidos por entidades públicas o privadas con el objetivo de conseguir capital de los inversores para financiar proyectos con impacto social o ambiental positivo, para contribuir a una economía con bajas emisiones de carbono y resistente al clima.
  • Microcréditos. Los instrumentos de las microfinanzas fueron creados en los años 60 y corresponden a pequeñas cantidades de dinero prestadas para el emprendimiento o desarrollo de negocios que no pueden acceder a los tipos más tradicionales de financiación. Sirven para impulsar el autoempleo de aquellos con más dificultades financieras.

Según el Informe del Observatorio Español de Financiación Sostenible, durante el año 2019 en España se realizaron 19 emisiones de bonos verdes llevados a cabo por 25 entidades financieras. El ranking de entidades financieras fue liderado por HSBC, que participó en la emisión de 1.411,7 millones de euros, representando el 14,5% del total emitido. Le siguieron Santander, con 1.350 millones de euros, representando el 13,9% y BBVA, que emitió bonos por valor de 1.251,7 millones de euros, que suponen un 12,9% del total de emisiones. De las emisiones de bonos verdes, el 31% procedió de entidades financieras, otro 39% de empresas no financieras como Iberdrola o Telefónica y, el 30% restante, de organismos públicos.

Pero ¿es el inversor consciente de la existencia, características y ventajas de estos productos?

Un estudio realizado en 2019 por la firma Schroders, afirma que solo el 14% de los españoles invierte actualmente en productos que se rigen por criterios sostenibles. Esto podría extrapolarse también a los productos financieros sostenibles.

Un estudio realizado en 2019 afirma que solo el 14% de los españoles invierte actualmente en productos que se rigen por productos sostenibles. Esto podría indicar que las instituciones financieras deberían hacer especial mención en los aspectos de la rentabilidad a la hora de promocionar los productos de finanzas sostenibles

Otro estudio realizado en la UPF-BSM [1] para poder entender cómo están percibiendo los consumidores los productos de finanzas sostenibles, arrojó como resultado que los productos financieros sostenibles no están siendo adquiridos actualmente por los consumidores españoles. Tan solo el 8,5% de encuestados han adquirido alguno. Otro hallazgo interesante de este estudio destaca que la mayoría de las personas encuestadas señaló que no invertían en estos productos, ya que tienen la percepción de que los productos sostenibles no son rentables o son menos rentables que los productos tradicionales. Esto parece indicar que las instituciones financieras deberían hacer especial mención en los aspectos de la rentabilidad a la hora de promocionar los productos de finanzas sostenibles.


¿CUÁL ES EL PERFIL DEL INVERSOR EN FINANZAS SOSTENIBLES?
DESCÚBRELO, AQUÍ.

[1] El estudio ha sido desarrollado por Miquel Duran Ylla-Català, Pablo López Liras y Josep Oliver Sivill como Trabajo de Fin de Grado de Administración de Empresas bajo la dirección de Carolina Luis Bassa durante el período de marzo-junio 2020.

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