Salvador Estapé Triay
Profesor de la UPF Barcelona School of Management
Vicedecano de profesorado
En estos meses de confinamiento se ha editado en español un excelente libro, que en su edición original se publicó a finales de 2019. Se trata de Good Economics for Hard Times (Buena Economía para Tiempos difíciles, Taurus, 2020). Es importante que no se nos pase por alto. Sus autores Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo, pareja en la vida real, fueron galardonados con el Premio Nobel de Economía de 2019 (junto con Micheal Kremer). Son dos economistas del MIT, originarios de la India y Francia, respectivamente. Además se da el caso que Duflo, no sólo es la segunda mujer en ganar el galardón -la primera fue Leonor Ostrom al año 2009-, sino el galardonado más joven de todos los Nobel de Economía concedidos hasta el momento (es nacida en 1972). Buena Economía es el segundo libro de difusión general para el público que escriben conjuntamente. El primer fue Poor Economics en 2011 (Repensar la Pobreza, 2012), que se centró en cómo ayudar a las mil millones de personas más pobres del mundo que sobreviven con el equivalente de 1 dólar al día.
Sin duda, debemos congratularnos que dos economistas de su prestigio hayan hecho el esfuerzo de comunicar sus investigaciones e ideas al público general. Nunca son suficientes los esfuerzos para establecer puentes entre lo que la ciencia sabe y lo que la sociedad hace. La divulgación científica es un género consolidado y tiene ilustres representantes dedicados a escribir libros y dar conferencias de divulgación (por ejemplo, Richard Dawkins, Steve Pinker, Rober Sapolsky, Hans Roling, y un largo etcétera). En cambio, a menudo, los economistas tienen dificultad para comunicar los resultados de su investigación. Generalmente la sociedad los mal interpreta, los valora poco o simplemente los ignora. Esto hace que las opiniones sobre asuntos económicos se basen a menudo en afirmaciones sustentadas por valores y puntos de vista personales, apoyadas en cifras poco fiables y lecturas de los hechos simplistas. Una encuesta de YouGov confirmó que los economistas se encuentran entre los profesionales de menor confianza en el Reino Unido.
Gran parte del debate público y político suele desarrollarse en el entorno de opiniones trilladas por pseudo-expertos en economía. Es la mala economía, que de acuerdo con Banerjee y Duflo, es aquella basada en intuiciones y anécdotas. De este deterioro de la calidad del debate probablemente los economistas tienen parte de culpa, como reconocen los autores. Pero no toda la economía es mala, hay de buena y muy buena. La buena economía es aquella que informa con experimentos controlados y en evidencias. El economistas tienen mucho que decir sobre los grandes problemas económicos del mundo. La economía no es sólo la economía del libros de texto. Ni la de aquellos que, a menudo demasiado comprometidos con alguna ortodoxia, son incapaces de detenerse ante cualquier hecho que no se ajuste a ella, y se dedican a repetir viejas ideas como un mantra, aunque hayan sido desmentidas por los hechos, como bien nos recuerdan los autores. Ni tampoco es la economía de aquellos otros, siempre dispuestos a menospreciar la economía dominante (en algunos casos, se debe reconocer, un desprestigio ganado a pulso) pero tampoco están abiertos a considerar la investigación económica actual más sólida. Sólo hay que seguir la lista de premios Nobel (o mejor dicho, los Premios del Banco de Suecia en Economía, en memoria de Alfred Nobel) para tener evidencia de los avances en economía experimental, economía de la conducta, teoría de juegos, historia económica, desarrollo económico, etc..
En Buena Economía para tiempos difíciles, Banerjee y Duflo proporcionan evidencias e interpretan los hechos de lo que funciona y lo que no, para afrontar algunos de los problemas más importantes del mundo: el cambio climático, el comercio, el crecimiento económico, las desigualdades o la inmigración. Los autores admiten que sus conocimientos son imperfectos y que sus propuestas deberán perfeccionarse. Probablemente no todos los lectores estén de acuerdo con las propuestas del libro. Sin querer reseñar en profundidad toda la obra ni entrar en las diferentes propuestas y ejemplos sobre temas diversos, dejadme que destaque los aspectos metodológicos. Es precisamente en la curiosidad y la modestia de los autores, a la vez que la potencia del método, lo que yo destacaría más. En efecto, los autores admiten que no tienen todas las soluciones pero aportan una perspectiva metodológica interesante en el camino hacia soluciones de consenso mediante los experimentos y las evidencias. En cada caso que se analiza (el comercio internacional, la inmigración, las desigualdades...), el libro examina qué nos dicen la investigación empírica, así como los límites de nuestro conocimiento. Sólo sobre esta base, sugieren Banerjee y Duflo, podemos pensar eficazmente sobre la política económica. El libro es una contribución al saludable hábito de expresar opiniones fundamentadas en datos objetivos y en evidencias que las avalen.