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La guerra de Ucrania cumple un año: nos jugamos el futuro

24 Febrero - 2023
Foto Ucraine war

Jaime Batlle
Director Académico del Postgrado de Desarrollo Directivo en Negocios Sostenibles
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Hoy, 24 de febrero, se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra. Recuerdo que días antes cenaba con un grupo de alumnos del Posgrado de Desarrollo de Negocios Sostenibles y hablábamos del asunto. Alguien me preguntó si creía que Rusia iba a invadir Ucrania y recuerdo mi respuesta: "creo que no, pero soy consciente de que mi respuesta está más condicionada por el deseo que por realidad".

El sentido común, con más de 100.000 soldados rusos trasladados a la frontera de Ucrania, no dejaba lugar a dudas. El reciente horror en los Balcanes de los años 90, lo confirmaba. Sólo la magnitud del desastre que se avecinaba y la posibilidad de una guerra en territorio europeo impulsaba a pensar y verbalizar aquello que no deseas que ocurra. Pero una cosa son los deseos y otra distinta es la realidad.

Ha pasado un año y se pueden extraer varias conclusiones:

Ucrania es el primer eslabón de la lucha que Rusia mantiene contra Europa, en un intento por recuperar la influencia perdida anterior a Gorbachov, a comienzos de los 90. Con la invasión de Ucrania, Rusia ha entendido que Europa ha confrontado una respuesta militar contundente y controlada al mismo tiempo, cosa que no sucedió ni en la guerra de los Balcanes ni tras la anexión rusa de Crimea.

Se ha puesto en evidencia la debilidad del ejército rojo, sobre todo en materia de inteligencia militar. Ha quedado claro que invadir un país es una tarea ingente, que requiere mucho tiempo y grandes recursos económicos. De hecho, la baza de occidente para ganar esta guerra es asfixiar económicamente a Rusia para que no pueda mantener la contienda, considerando que no se atreverá a usar las armas nucleares tácticas.  Ha quedado en evidencia el papel de las potencias aliadas de Rusia. China e India se han puesto de perfil y recogen las migajas económicas al convertirse en clientes privilegiados del gas y petróleo ruso barato, para seguir financiando el conflicto por parte de Rusia.

El objetivo de Rusia (y de China) en esta guerra es dividir, amedrentar y perjudicar a Europa y ha quedado claro, al menos de momento, que el miedo existe pero está controlado, que la respuesta es inteligente por proporcionada y que las consecuencias económicas de la guerra para Europa, son de momento asumibles. La inflación tiene recorrido previo al desastre, en gran parte debido a que el milagro Draghi no explotó en la cara.

Pero las guerras y ésta no es una excepción, se ganan o se pierden en función de los límites que los contendientes traspasan y aquí se suceden las incógnitas.

¿Hasta cuándo se mantendrá la unidad europea? ¿Cuánto tiempo podrá Rusia, financiar la guerra? ¿Qué ocurrirá si Rusia llega antes al limite de no poder financiar la guerra, que Europa al suyo, vía degradación de su economía o pérdida de su unidad?. ¿Estará en ese caso Rusia, dispuesta a usar armas nucleares tácticas? (no quiero imaginar que esté dispuesta a usar armas nucleares estratégicas). ¿Y si ocurre al contrario, y si la respuesta y resistencia europea se desmorona antes que la presión rusa? En ese caso, ¿habrá expansión territorial rusa? ¿Se quedará solo en Ucrania?

No lo queremos reconocer porque cuesta creerlo y más aceptarlo. La III guerra mundial ha comenzado. Otra cosa distinta es que se materialice.

Caben dos pronósticos:

  • 1.La resistencia rusa, con el apoyo de China e India se impone sobre la resistencia europea, cuya economía acaba degradándose (cuidado con las elecciones en Estados Unidos en 2024). En ese caso la pedida de influencia de Europa se aceleraría, Rusia recuperaría gran parte de su influencia perdida y la gran beneficiada sería China, que entraría en Europa como Pedro por su casa en el plano económico. A China no le interesa destruir el mercado europeo. Le interesa dominarlo, mientras que a Rusia, que por su PIB no puede competir en el plano económico con China en Europa, le interesa volver a la influencia anterior a 1990 en el perímetro eslavo.
  • 2.Puede suceder lo contrario, que la resistencia rusa ceda antes que la europea, materializada a través de la OTAN y la política /económica a través de la UE.

En ese caso se abren dos opciones: una salida digna para Rusia sin menoscabar su orgullo, a través de una negociación inteligentemente magnánima, aunque nauseabunda a nivel moral, sobre todo para Ucrania - la gran perdedora de esta guerra.

La otra opción en este escenario es que Rusia use su arsenal nuclear. Eso es poco probable porque China no lo permitirá. No le interesa. Pero la historia también se construye a partir de momentos puntuales de locura. No pensemos en ese escenario. Es muy poco probable. Lo más factible es que la guerra sea larga y concluya cuando Rusia se desgaste lo suficiente, como para acudir a una mesa de negociación. Estamos aún lejos de ello. Se permutará pragmatismo a cambio de una salida para Rusia y Europa tapará su nariz.

Cualquier otro escenario, sin ser apocalíptico, es nefasto para Europa.

De lo que no cabe duda es que el mundo no será el mismo cuando acabe la guerra y nos habremos expuesto a una situación límite a escala global, como nunca antes tras la II Guerra Mundial.

Nos jugamos el futuro en la guerra de Ucrania.

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