La Feria del Libro de Frankfurt, que tuvo lugar entre el 18 y el 22 de octubre pasados, regresó a cifras prepandémicas, superando los 100.000 visitantes profesionales. Pero más allá de la gran noticia que supuso la elevada asistencia, el creador y director del Máster en Edición de la UPF-BSM, Javier Aparicio Maydeu, destaca que los cinco días que duró la feria demostraron el buen momento en el que, a pesar del mundo digital en el que todos estamos inmersos, se encuentra el sector tradicional del libro en papel.
En efecto, las cifras que presentó este año la feria fueron realmente importantes: las de asistencia, pero también las de ocupación hotelera en Frankfurt y alrededores, así como la apretada agenda de encuentros y reuniones de los agentes literarios, con su espacio, el Agent’s Center, sold out, un indicador de que la actividad en el sector sigue siendo muy elevada.
A ello, el profesor Aparicio añade que, contra lo que decían no hace mucho tiempo algunos agoreros, el libro en papel ya no se encuentra bajo la amenaza del mundo digital, porque las cifras no solo son buenas, sino que se encuentran en máximos históricos: “según los datos que ofrecen Nielsen y GFK -los principales auditores del sector- hoy se venden más libros que nunca, crece la facturación, el número de traducciones que se contrata también está al alza… es decir, todo crece, menos un segmento: el del libro digital”, asegura el profesor. Un crecimiento que también se da en la literatura infantil y juvenil, que en España es aún más pronunciado que en el resto del mundo.
Evidentemente, también se habló, y mucho, de la tecnología más en boga en la actualidad, la inteligencia artificial, de la que se alertó de las posibilidades que tiene de deteriorar el mundo editorial. De acuerdo con la Ley de Propiedad Intelectual, el “autor es aquel que dice que lo es”, explica Javier Aparicio, y si se descubre que ha cometido plagio, puede recibir una doble demanda, por parte del autor plagiado y por parte de la editorial. “Sin embargo, en el caso de que se descubra que un autor ha utilizado IA para crear su obra, la situación todavía no está del todo regulada, los contratos editoriales ya contemplan el caso, y no existe jurisprudencia al respecto”. Aún llena de grandes incógnitas, la IA será sin duda el tema del futuro, pero generalmente se vio como una amenaza hacia el concepto clásico de autoría.
La única nota negativa la aportó el adentramiento de la política y de la situación geopolítica mundial, concretamente del conflicto entre Israel y Palestina, en el recinto ferial. La cancelación del premio que estaba previsto entregar a la escritora palestina Adania Shibli provocó algunas suspicacias que, según el profesor Aparicio, no tendrían que haberse producido: “es muy triste tener que hablar de política. Se trata de una feria privada, una iniciativa de la Asociación de Libreros de Frankfurt, y la política no ha lugar. Históricamente, la feria había mostrado un carácter valiente, por ejemplo, escogiendo a Cataluña como país invitado en el año 2007. Por este motivo, ha extrañado que la feria haya tomado parte tan claramente en el conflicto cerrando filas a favor de Israel y alineándose con la política del gobierno alemán. Se podría decir que, por primera vez, la feria se ha sometido al poder político. Es un precedente peligroso y complejo que podría cambiar la fisonomía de la feria”.
En cualquier caso, con lo que tendríamos que quedarnos es con los aspectos positivos, con las altas cifras tanto de la feria como de la venta de libros en general, y, asegura Javier Aparicio, con los mayores beneficios que presenta el mundo físico sobre el mundo digital: “por un lado, el libro es un soporte de contenidos que prácticamente no ha cambiado su formato en cinco siglos desde Aldo Manuzio, y la mayoría de estudios asegura que es más beneficioso leer en papel que leer en pantalla. Y, por otro lado, la feria de Frankfurt ha demostrado que las relaciones personales siguen siendo primordiales en el sector editorial, porque, aunque el negocio se puede hacer por correo electrónico, la confianza solo se puede generar en persona”, concluye el profesor.