La pandemia nos está poniendo a todos a prueba: sociedad, empresas, familias e individuos. Es difícil encontrar a alguien que no esté sufriendo la fatiga mental y emocional, ya sea porque pertenece al grupo de los que "no paran de trabajar", como al que "las circunstancias los ha llevado a bajar el nivel de actividad" o, incluso, a "pararse a la fuerza", desgraciadamente.
Es bien cierto que a nivel empresarial los líderes se han puesto a prueba y aquellos managers que han luchado por la seguridad, la protección y el significado han convertido a las organizaciones en lugares de "refugio", actuando como referentes y pilares emocionales cuando todo se derrumbaba a su alrededor.
La resiliencia organizacional y grupal ha sido, en mi opinión, la capacidad que ha permitido la supervivencia. Según un estudio de la Harvard Business School, el nivel de conexión –que llaman "network interno"– se ha convertido en el activo esencial en estos tiempos de cambio social, económico y sanitario.
Así, la resiliencia se nos ha revelado como una capacidad grupal y de salud emocional de la comunidad. Solamente a través de una conexión empática con los que nos rodean –ya sea en el trabajo, en la familia o en el grupo de amigos– hemos sido capaces de convencer, contrastar y validar nuestros planes, ilusiones y esperanzas, nuestros miedos y nuestras flaquezas. También enmarcar y objetivar las diferentes perspectivas de nuestras distintas situaciones individuales para que, una vez que nos hemos sentido reconfortados, volver a nuestra vida y seguir avanzando en un mundo frágil, incierto y discontinuo que nos ha tocado vivir. Y esto solo ya es un regalo y un privilegio que han tenido las organizaciones emocionalmente inteligentes.
Solo a través de una conexión empática con los que nos rodean hemos sido capaces de convencer, contrastar y validar nuestros planes
El covid-19 ha agravado los increíbles desafíos en los cuales estábamos inmersos en los últimos años de transformación digital y nos ha hecho ver que no era suficiente con solamente digitalizar el modelo operativo. La hoja de ruta para sobrevivir debía incluir la cultura y, por ende, el desarrollo organizacional–el de los líderes y el de los equipos–, además de todas las nuevas capacidades en entornos híbridos que, entre otras cosas, mejorara la colaboración, la diversidad y la conexión entre los miembros del equipo.
De este modo, la agenda de transformación centrada en las personas no solo ha sido un factor diferenciador clave del éxito durante este año, sino que estoy seguro tendrá un lugar privilegiado en la realidad posterior al covid-19 y un puesto en la agenda de dirección que no se debe descuidar. Necesitamos para hacer frente al futuro un equipo capacitado y con energía excepcional. Y eso es un terreno nuevo para muchos managers "push" que se mueven solo en la parte "hard" de la gestión empresarial. Talento y cultura se alinean así con la estrategia, considerando que es importante enfatizar lo primero en la etapa inicial de cualquier ejercicio de planificación estratégica. Si no, corremos el riesgo de que nada sirva y se convierta en una entelequia financiera que luego vamos a lamentar y a explicar con el clásico "el entorno ha cambiado", como si eso no fuera lo normal.
Para hacer frente al futuro necesitamos un equipo capacitado y con energía excepcional, y eso es un terreno nuevo para muchos managers que se mueven solo en la parte hard de la gestión empresarial
Los individuos y las organizaciones deben luchar y gestionar la ambigüedad y la inseguridad, por eso el motor de la esperanza, concretado en un fuerte sentido de propósito y visión compartida, impulsarán a la cabeza y al corazón de la organización, apoyándose en las fortalezas que se han forjado en este año de crisis.
La pregunta que se tienen que hacer los líderes es cómo pueden gestionar una cultura constructiva que integre las nuevas formas de trabajo, la mejora de las habilidades digitales, la comunicación integral, los proyectos de innovación y mejora continua y una gestión de talento nueva que rompa con las clásicas rutinas burocráticas que los ERP nos han traído en los últimos años.
¿Estás dispuesto a reinventarte como líder e integrar la cabeza, el corazón y la ejecución para transformar con éxito tu organización y navegar hacia la fase de recuperación?