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Nuevos retos para el sector bancario tras el covid19

1 Junio - 2020

Oscar Elvira
Doctor en Ciencias Económicas
Director Académico del Máster en Banca y Finanzas

El impacto económico del COVID-19 en España será especialmente negativo. La demografía, la abundancia de pymes y autónomos, la dependencia del sector servicios, y especialmente del turismo, y la gran bancarización del sistema financiero hacen de España un país especialmente vulnerable.

Miembros del FMI ya han utilizado la expresión "Gran Reclusión" para describir el efecto del coronavirus en la economía mundial y en los mercados financieros, que no es comparable a ninguna crisis precedente, y existe todavía una considerable incertidumbre sobre la duración. La caída de los PIB a nivel mundial son significativos y nunca vistos. El Covid-19 no ha respetado fronteras, pero no ha afectado a todos los países de la misma manera, por ejemplo, en España tendrá un impacto especialmente negativo. La demografía, la abundancia de pymes y autónomos, la dependencia del sector servicios, y especialmente del turismo, y la gran bancarización del sistema financiero hacen de España un país especialmente vulnerable.

Con la llegada de la pandemia del Covid-19, la economía se ha parado en muchos sectores, poniendo a prueba un durísimo reto de liderazgo político, social y económico a todos los niveles. La recesión es global y tendrá profundos efectos en diferentes sectores, no sólo en el turístico o el de aerolíneas, sino que también tendrá sus efectos en la banca.

El parón de actividad que estamos viviendo tendrá repercusión directa en la cuenta de resultados de los bancos, ya que a la caída de ingresos se tendrán que sumar el aumento de las provisiones. Los bancos más débiles en capital solo tendrán una salida, ser absorbidos o bien fusionarse.

La banca es un sector clave para el buen desarrollo de la economía, ya que mediante su labor de intermediación financiera realizan una transformación del dinero. En concreto, captan depósitos que son a corto plazo, líquidos y sin riesgo. Pero a cambio, conceden créditos que son a medio y largo plazo, ilíquidos y con riesgo. Además, al tener que mantener en reservas tan sólo una parte de los depósitos captados, ello les permite ser los protagonistas principales del mecanismo de creación monetaria. Es decir, los bancos son quienes hacen posible la creación o multiplicación del dinero. Por lo tanto, sin un sector bancario sano no resulta posible un crecimiento económico estable y robusto.

La banca es un sector clave para el buen desarrollo de la economía. los bancos son quienes hacen posible la creación o multiplicación del dinero. Por lo tanto, sin un sector bancario sano no resulta posible un crecimiento económico estable y robusto.

En el año 2008, con la crisis financiera, vimos un sector bancario muy endeble a niveles de liquidez y solvencia, y que necesitó ayudas de los Bancos Centrales y los gobiernos. El resultado fue el rescate de algunos bancos con dinero público. Tras la crisis, la banca llevó a cabo un intenso proceso de saneamiento, recapitalización y reestructuración que, en los últimos cinco años, ha mejorado notablemente la situación del sector en parámetros básicos como la calidad de sus activos (al sacar del balance activos tóxicos, no productivos y préstamos dudosos) y en solvencia.

Es un sector apalancado que busca financiación continuamente en sus clientes (con los depósitos) y en el mercado interbancario, aunque actualmente su principal fuente de financiación es el BCE. La banca consigue financiación a tipos bajos, actualmente a tipos negativos. Todo comenzó en el año 2011 cuando el BCE inició unas inyecciones de liquidez que han permitido vender activos del balance y obtener financiación para el negocio tradicional. Actualmente el BCE ha ofrecido financiación a tipos negativos del -1% para operaciones con objetivo específico (TLTRO III) que todas las entidades se están acogiendo.

Pero el know how de la banca española sobre su negocio es muy alto, y también cabe destacar el elevado conocimiento que tiene de sus clientes, lo que le permite vender los productos que más les convienen. Sorprende que los clientes se sientan cómodos con la gestión de su información que hacen los bancos, una señal clara de la confiabilidad en la gestión de sus datos.

Principales retos del sector bancario

  1. Recuperar niveles razonables de rentabilidad, gracias a la reducción del coste de financiación y la reducción de activos improductivos, como los préstamos dudosos. Según datos del Banco de España, actualmente la rentabilidad de los bancos es baja, se encuentra entorno al 0,55% medida sobre activos (ROA) y el 7,2% sobre capital (ROE), mientras que en el período del 2000-2007 el ROA estaba entre el 0,7% y 1,05% y el ROE entre el 12% y 20%. Pero en el entorno económico actual, para recibir ayudas públicas y del BCE, la banca española deberá dejar de priorizar los beneficios para ayudar a construir la economía y sentar las bases de una recuperación sólida. La banca deberá reforzar nuevas vías de ingresos al margen de su negocio tradicional, ante la disminución de la demanda de créditos para adquisición de automóviles y vivienda. Los cobros de comisiones por venta de fondos de inversión, gestión de carteras y venta de seguros incrementarán dichos ingresos. También deberían buscar nuevas líneas de negocio como el desarrollo de las finanzas sostenibles e inversiones socialmente responsables.
  2. Mejorar la eficiencia, reduciendo gastos de estructura e incluso realizando nuevas fusiones. En solo una década, en España se redujeron el número de entidades financieras de 47 a 13, y en relación a las fusiones, la subgobernadora del Banco de España Margarita Delgado dice que el reto de las fusiones es la creación de una nueva entidad más solvente, con un modelo de negocio sólido, que permita reducir costes estructurales y, en definitiva, genere más valor en su conjunto. Pero las ganancias de eficiencia serán por la transformación digital.
  3. Mejorar la solvencia y solidez del balance. Se debe reforzar el capital y esto pasa por generar beneficios y no repartir dividendos para tener reservas que puedan absorber posibles pérdidas. La mejora de la solvencia obtenida en los últimos años, donde el TIER 1 ha pasado del 8,8% (Europa) y 8,1% (España) al 15,50% (Europa) y 13,4% (España) se ha basado en un control de la morosidad y saneamiento de los balances. Pero la situación actual donde los bancos deberían provisionar pérdidas futuras invitan a la prudencia y reforzar el capital.
  4. El mayor reto será la transformación digital que empieza con la inversión en tecnologías disruptivas pero que posteriormente requiere movilizar personas y recursos, adoptando nuevas formas de trabajar, cambiar culturas y modelos de negocio. Algunos grandes bancos, con visión de futuro, han respondido al desafío tecnológico, digitalizando sus operaciones y ofreciendo una gama de productos y servicios innovadores a través de canales digitales. Éstos están realizando alianzas, donde los operadores tradicionales conservan la propiedad del cliente, mientras que las Fintechs ayudan a mejorar la experiencia del usuario. El confinamiento ha permitido educar a los clientes en interactuar sin ir a las oficinas, gracias a la calidad de las apps, las webs y los servicios digitales. Los clientes, que no sabían, podían o querían utilizar las nuevas tecnologías, han empezado a familiarizarse. Los bancos pueden cambiar el modelo de negocio, ofreciendo servicios 24/7, 24 horas al día 7 días a la semana. Las transacciones por ecommerce se han disparado y ha supuesto un incremento de los sistemas de pagos digitales y más rápidos (B2B), como el Bizum. En el análisis de riesgos de crédito se han empezado a utilizar algoritmos de Machine Learning para analizar solicitudes, ya sea de un individuo o una empresa, y para aprobar operaciones de acuerdo con un conjunto de parámetros predefinidos. Se deberán ofrecer nuevos servicios sin contar con la oficina bancaria. Los bancos tendrán que ofrecer la posibilidad a sus clientes de acceder a su información financiera desde cualquier dispositivo como lo pueden ser Alexa o Google Home, capaces de generar soluciones ad hoc. Pero las entidades deberán tener en cuenta aspectos clave como la protección de datos, la ciberseguridad y la privacidad. Además ofrece una oportunidad de crecer en el número de clientes ya que, en el mundo el 50% de las personas está bancarizada y el resto no tiene ni una cuenta bancaria. Por lo tanto, con la digitalización se puede conseguir una expansión internacional hacia países del Tercer Mundo.
  5. Gestionar la amenaza de nuevos players en el sector como las Fintech y las Big Tech, que son empresas tecnológicas que ofrecen servicios financieros y que funcionan con unos costes mucho menores que los que soportan los bancos tradicionales. Su actividad se centra directamente en los clientes finales y no quiere competir en todos los negocios de los bancos tradicionales. De hecho, las Fintechs han cambiado la cara de la banca, pero las instituciones financieras tradicionales se están poniendo al día, convirtiendo lo que parecía ser una amenaza pura en una estrategia de colaboración para dar el salto a la próxima generación de servicios financieros. Cabe destacar la llegada de los Neobancos como Bnc10 (banco 100% digital y es accesible a los clientes solo en aplicaciones móviles y plataformas de computadoras personales) o los Telkobancos como Orange Bank (un banco 100% móvil, con depósitos de mayor rendimiento, sin comisiones de mantenimiento y solo posible si eres cliente de la empresa de telecomunicaciones). Pero la verdadera amenaza es el papel que puedan jugar las Big tech ya que generan dos problemas: alteran el campo de la competencia y el uso monopolístico que hacen de la información y de los datos.
  6. Mejorar la reputación del sector ya que después de la crisis del 2008, algunos bancos fueron rescatados, y sin embargo, muchos clientes tuvieron que aceptar quitas de la deuda bancaria (participaciones preferentes y deuda subordinada), sobretodo los inversores institucionales. Además las decisiones de algunos directivos les llevaron a la cárcel por mala praxis y conflicto de intereses. La banca debe cambiar y responder a la nueva realidad social y normativa. En este sentido se valorará la transparencia, honestidad y la integridad para generar confianza. El cliente debe ser el centro de la estrategia empresarial. A nivel social y empresarial, también cabe destacar la nueva preocupación por la Responsabilidad Social Corporativa y la mayor conciencia con la protección del medioambiente. Y finalmente, adaptarse a la nueva regulación, cada vez más compleja y exigente en referencia a los criterios y requisitos a cumplir a nivel de solvencia de capital, apalancamiento y liquidez, que nos pueda llevar a completar la Unión Bancaria en la Unión Europea.

Sin duda, son retos complejos y el futuro del sector bancario se presenta con muchas incertidumbres, pero a lo largo de la historia la banca ya ha tenido que irse adaptando a retos tan difíciles como los que se presentan en la actualidad.

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