Con el estado de alarma ya desactivado y a las puertas de un verano insólito para el turismo, ya no cabe lugar a dudas: el coronavirus ha impactado en todos los sectores económicos. La situación de confinamiento, de clausura forzada de los ciudadanos, ha obligado a las organizaciones a revisar sus estrategias digitales para mantener el contacto con el cliente y garantizar una relación a largo plazo. Sin embargo, no todas las empresas han obtenido los mismos resultados. Carolina Luis Bassa, profesora-investigadora y directora del Área Académica de Marketing de la UPF Barcelona School of Management, ha analizado los contrastes entre sectores en una nueva sesión del ciclo de conferencias en línea #RethinkingManagement sobre omnicanalidad.
"La epidemia ha tenido un impacto dramático en la actividad económica presencial", ha apuntado Luis que, al mismo tiempo, ha advertido: "probablemente se mantendrá por algún tiempo". En este sentido, aquellos campos de negocio más afectados han sido los altamente presencializados, especialmente las aerolíneas, el turismo, y el retail. Sin embargo, tal como ha indicado la profesora-investigadora según un estudio realizado por Moodys, los sectores farmacéutico, alimenticio y de telecomunicaciones han resistido al golpe, siendo Internet y el retail online dos de los campos que han llegado a salir beneficiados de la pandemia.
"Han cambiado los métodos de compra de los consumidores", ha valorado Luis, que ha destacado las comunicaciones privadas, el streaming y las plataformas ecommerce como las más exitosas en este periodo. "El COVID-19 ha obligado a muchas empresas a repensar la integración", ha admitido Luis, una situación que ha puesto la omnicanalidad en el punto de mira. Pero ¿qué es la omnicanalidad? Según la directora del Área Académica de Márketing de la UPF-BSM se trata de una "estrategia que integra el marketing, las operaciones y la tecnología a través de todos los canales con los que una empresa contacta con sus clientes para comunicar, vender y fidelizar con ellos". A diferencia de la multicanalidad o el cross-chanel, ha matizado Luis, la estrategia es clave, ya que es el consumidor quien escoge en cada momento qué canal de los que se ofrece quiere usar en cada momento y no la empresa.
Para que una organización pueda ser omnicanal debe basarse en cuatro pilares fundamentales:
Una vez la organización cumple con estos cuatro pilares mencionados, Luis identifica otras cuatro claves para trazar una estrategia omnicanal óptima:
Ahora bien, ¿cómo podemos implementar una estrategia omnicanal en nuestra organización? La profesora-investigadora nos indica dos vías para hacerlo: nosotros mismos o con ayuda externa. Aunque Luis expone que ambas son válidas, recomienda contar con colaboración exterior. De hecho, desde la UPF-BSM se ha creado un Self Assessment Tool para que las organizaciones puedan autoevaluarse para conocer su grado de madurez. A través de los cuatro pilares previamente expuestos, la aplicación asigna un valor entre el 0 y el 100 para que la empresa tenga un diagnóstico claro de su situación.
Sea como fuere, Luis cree que una crisis es, a menudo, una "excelente oportunidad para cambiar el rumbo, reinventarnos y atrevernos a hacer lo que habíamos ido dejando para más adelante". De este modo, una de las claves para la recuperación y supervivencia de las organizaciones, concluye la directora del Área Académica de Marketing de la UPF-BSM, consistirá en "entender y adaptarse a las nuevas tendencias de consumo integrando los canales para transformar los servicios en línea en algo más duradero y robusto que pueda ser aprovechado en el mundo físico y virtual".
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