Maica Fernández Colomer
Profesora Asistente de los programas en Economía de la Salud y Farmacoeconomía
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“¿Hola, quedan test de antígenos? ¿Y cuánto cuestan?” han sido probablemente las preguntas más repetidas en las farmacias comunitarias españolas durante los últimos dos meses. Conseguir una prueba de antígenos de autoconsumo se ha convertido en una odisea para muchos españoles. Con la imparable llegada de la sexta ola del SARS-CoV-2, cuya protagonista ha sido la variante Ómicron, ha llegado también la venta libre de este tipo de test en el país. Esta prueba permite tener el resultado en tan solo 15 minutos presentando una alta sensibilidad en los primeros días de infección, y ha sido el plato principal de la Navidad 2021. La venta de test de antígenos aumentó casi un 70% en la penúltima semana del 2021. Del 20 al 26 de diciembre, las farmacias vendieron 7.050 millones de estas pruebas, convirtiéndose en el récord desde el inicio de la pandemia, según datos proporcionados por la consultora Iqvia.
La gran demanda y los retrasos de distribución provocaron un problema de desabastecimiento y, por lo tanto, una notable subida de precios. Todo esto último se ajusta a la ley más fuerte que impera en el mercado: la ley de la oferta y de la demanda. Cuando la cantidad demandada es mayor a la ofrecida, los oferentes aumentan el precio. Luis González Díez, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) asegura que las farmacias, desabastecidas, han tenido que adaptarse a los precios de sus proveedores. Esto ha provocado que España sea uno de los países europeos con mayor precio de test de antígenos.
En contraste con España, en otros países europeos la venta de estos test ha sido mucho más fácil, rápida y menos costosa.
El principal motivo por el que hasta ahora el precio de los test variaba tanto de una farmacia a otra es muy sencillo: primaba el libre mercado. Los precios de las pruebas de antígenos están exentos de IVA, pero no estaban regulados por el Gobierno. Esto significa que los fabricantes, laboratorios y farmacias podían venderlos al precio que considerasen oportuno. Las farmacias los solicitaban a través de empresas de distribución y cada distribuidora tenía sus propias condiciones de compra. Por tanto, el laboratorio fabricante ponía el precio de salida que considerase y el precio de venta al público lo estipulaba libremente cada farmacia. En contraste, en otros países europeos la venta de estos test ha sido mucho más fácil, rápida y menos costosa.
En las farmacias españolas los precios de este tipo de test de autoconsumo han oscilado de media entre 5 y 8 euros, dependiendo de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de cada Comunidad Autónoma. Además, en líneas generales, el margen bruto de las farmacias se ha movido en una horquilla del 25% y 50%, llegando a superar en algunos casos estos porcentajes.
La Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM) es el órgano competente para la fijación de los precios de los medicamentos que se financian en el Sistema Nacional de Salud (SNS). El 13 de enero de 2022 la CIPM aprueba por unanimidad fijar el importe máximo de venta al público de los test de antígenos tras la gran demanda derivada de la sexta ola, que ha llegado incluso a triplicar su precio. El coste de los test de antígenos de otros países ha sido el principal referente para fijar el precio máximo en 2,94 euros. Según la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se ha tenido en cuenta el margen en el marco comercial de las farmacias considerando que el producto está exento de IVA. El objetivo ha sido fijar un precio lo más asequible posible manteniendo siempre el equilibrio necesario para que el producto esté disponible en el canal farmacéutico. Dicha resolución se basa en el artículo 94.3 de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, en el que se indica que “el Gobierno podrá regular el mecanismo de fijación de los precios de los medicamentos y productos sanitarios no sujetos a prescripción médica, así como de otros productos necesarios para la protección de la salud poblacional cuando exista una situación excepcional sanitaria.”
Toda medida que ayude a facilitar el acceso al ciudadano, como la venta de test en los supermercados, sea bienvenida.
Luis González Díez aplaude la regulación, pero, como muchos ciudadanos, la considera tardía. Afirma que ahora el precio se regula únicamente porque estará abastecido el mercado, como ocurrió con las mascarillas (las cuales ahora se encuentran tiradas por el suelo y antes era un suplicio conseguirlas).
En estos momentos, La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha abierto un nuevo debate en el que recomiendan al Gobierno eliminar el monopolio de la venta de estos test a las farmacias y abrirlo a grandes superficies como ocurre en países como Portugal, Francia o Alemania. Sin embargo, Carolina Darias no está a favor de esta consideración de la CNMC, ya que considera que un producto sanitario debe ser vendido por un profesional con conocimientos además de que la farmacia está facultada para poder comunicar un caso positivo.
Rectificar es de sabios, y, afortunadamente, la situación se ha normalizado y se han tomado medidas regulatorias. Con esto, se espera que en futuras ocasiones este tipo de medidas tan necesarias sean tomadas con mayor antelación e iniciativa, y todo lo que sea facilitar el acceso al ciudadano, como la venta en los supermercados, sea bienvenida.