La Semana de la Ética de la UPF-BSM: Reflexiones sobre paz, tecnología y arte para un mundo mejor

Fomentar la paz positiva implica adoptar medidas proactivas para promover la convivencia, con la participación de todos los actores involucrados. En este contexto, la UPF Barcelona School of Management ha organizado una vez más la Semana de la Ética. Durante tres días, se han llevado a cabo reflexiones y debates en los que han participado expertos de diversos campos de conocimiento, así como miembros de toda la comunidad educativa. El enfoque principal de estas jornadas ha sido explorar la relación entre la paz y su ausencia, y cómo todo esto impacta en nuestras vidas desde múltiples perspectivas.

Conflictos y sostenibilidad en un mundo globalizado. La incidencia de la IA

La primera jornada abordó el impacto de la inteligencia artificial en un mundo globalizado y en constante cambio. Moderada por Oriol Montanyà, subdirector general de la UPF-BSM, la sesión contó con la participación de Ana Freire, vicedecana de Impacto Social e Innovación Académica, y Adrián Arroyo, mediador y Alumni del Máster en Mediación Profesional.

Como mediador, Arroyo destacó la importancia de encontrar un equilibrio entre la velocidad impuesta por la tecnología y la prisa, enfatizando en la necesidad de ser conscientes en cada momento: "Aunque la velocidad puede ser útil en ciertos contextos, también es crucial cultivar una presencia consciente". En este sentido, asoció la cultura de la paz con la capacidad de aceptar la incertidumbre y cuestionar las certezas.

Desde una perspectiva más técnica, Freire alertó sobre los efectos colaterales de nuestra dependencia al rápido desarrollo tecnológico: "A medida que nos adaptamos al ritmo de la innovación, corremos el riesgo de descuidar la esfera personal y el diálogo humano, relegando las interacciones cara a cara a simples correos electrónicos, los cuales a menudo generan malentendidos y conflictos".

Ambos coincidieron en que la cultura de la paz exige una mayor responsabilidad individual y una conexión más profunda con lo humano.

La mediación a través de las imágenes. El arte y el pensamiento para la promoción de cambios

La segunda jornada se centró en el papel del arte y el urbanismo en la promoción de la convivencia y la diversidad. Moderada por Mª Àngels Negre, mediadora y arquitecta, la sesión contó con la participación de Imma Prieto, directora de la Fundación Tàpies.

En su intervención, Prieto expresó su visión sobre el arte como una ventana al pensamiento y la reflexión de la sociedad. Para ella, "todo arte es político en el sentido griego del término, ya que busca abrir reflexiones y generar conciencia en los ciudadanos sobre su contexto y realidad".

Durante la sesión, Prieto puso ejemplos históricos en los que el arte ha sido utilizado como herramienta para expresar opiniones y resistir ante situaciones adversas. Mencionó el emblemático Pabellón de España de 1937, donde artistas como Picasso y Miró respondieron a los acontecimientos en España con su obra, demostrando el poder del arte como agente de cambio y denuncia.

Prieto también enfatizó en la importancia del arte como patrimonio y memoria de la sociedad, subrayando que "las obras de arte son testigos de nuestra identidad y legado cultural". Además, señaló que "la selección y preservación de obras en colecciones públicas y privadas adquiere una relevancia significativa, ya que estas hablarán de nosotros cuando ya no estemos".

La convivencia en un mundo de enfrentamientos

La jornada final de la Semana de la Ética abordó los enfrentamientos actuales en el mundo y cómo afectan a nuestras vidas. Moderada por Javier Wilhelm, codirector académico del Máster en Mediación Profesional de la UPF-BSM, contó con las intervenciones de Miguel Ángel Malo, mediador en ejercicio acreditado por CEDR y miembro del Chartered Institute of Arbitrators de Londres, y Rafael Grasa, profesor de Relaciones Internacionales de la Universitat Autònoma de Barcelona.

"Nos encontramos en una era de profundo malestar, donde los conflictos son parte de nuestra realidad diaria y suelen ser manejados de forma poco constructiva", expresó Wilhelm. En este contexto, Malo subrayó la importancia de fomentar una cultura de la mediación, destacando su capacidad para promover el entendimiento, la convivencia y, en la medida de lo posible, la reconciliación. "Es crucial invertir en formación en mediación, tanto en el ámbito legal como en las instituciones académicas", añadió.

Por su parte, Grasa hizo hincapié en la complejidad de los conflictos internacionales en un mundo caracterizado por cambios constantes. Alertó sobre el aumento de los conflictos armados, el terrorismo y la corrupción, resaltando la necesidad de encontrar herramientas efectivas para su gestión. "El conflicto en sí mismo no es ni bueno ni malo; lo negativo es la violencia", afirmó, instando a trabajar en la construcción de la paz mediante el análisis, el diálogo, la acción colectiva y el abordaje de las causas subyacentes.