Nia Plamenova
Profesora del Máster en Dirección y Gestión de Personas en las Organizaciones
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Cada vez más empresas están experimentando con una semana laboral de cuatro días, después de ver algunos ejemplos de éxito en Nueva Zelanda, Islandia, Japón y otros. En mayo del 2021 el Gobierno español avaló un programa piloto con un fondo de millones de euros que se destinará a apoyar a las empresas que quieran implementar la semana laboral de cuatro días. El Congreso Mundial de Investigación en Gestión del Tiempo, celebrado en Barcelona el mes pasado también acabó con un rotundo "sí" a las semanas laborales más cortas. Parece que España está avanzando hacia la semana laboral de cuatro días con bastante rapidez. Quizás incluso demasiado rápido. Desigual, por ejemplo, fue una de las primeras empresas a implantarla parcialmente y provocó mucha polémica puesto que también hubo una rebaja salarial, a pesar de parte de la plantilla no estar de acuerdo.
¿Es buena idea reducir la jornada laboral sin reducir los salarios? La investigación y la práctica sugieren que sí
Pero, ¿es una buena idea reducir la jornada laboral sin reducir los salarios? La investigación y la práctica sugieren que sí, siempre que tengamos en cuenta los factores organizativos clave. Los beneficios de una semana laboral más corta se han popularizado ampliamente, a veces exagerado en los medios de comunicación, con menciones al aumento de la productividad, la reducción del riesgo de agotamiento, más implicación de los empleados y satisfacción laboral o mejor equilibrio familiar y laboral. Permite que las personas desconecten del trabajo completamente, mitigando las consecuencias de las líneas borrosas entre trabajo y hogar, que nunca antes habían sido tan borrosas. Este hecho va en línea con el séptimo hábito de Stephen Covey de las personas altamente efectivas, Afilar la sierra, y se considera un factor clave en la productividad. Además, como se ha señalado recientemente en el Financial Times, trabajar menos puede ser de gran beneficio para el medio ambiente, puesto que reduce el tráfico y el consumo.
Una semana laboral más corta también requiere que tanto empleados como empresarios entiendan realmente que el activo más valioso del mundo laboral actual no es el tiempo, sino la atención. Adam Grant (Universidad de Wharton), actualmente el psicólogo organizacional más reconocido, afirmó en una de sus publicaciones de Linkedin: "Podemos ser tan productivos y creativos en 6 horas concentrados como en 8 horas desenfocados". Es a través de un trabajo centrado que conseguimos buenos resultados, y las horas dedicadas a trabajar son, con diferencia, una de las métricas menos fiables del rendimiento.
Una semana laboral más corta requiere que tanto empleados como empresarios entiendan realmente que el activo más valioso del mundo laboral actual no es el tiempo, sino la atención.
Hay, por supuesto, quien no está a favor de la semana laboral de cuatro días, como el presidente de la Confederación Empresarial de Aragón (CEOE Aragón) que criticó duramente la idea y fue citado en The Guardian diciendo que "para salir de esta crisis se requiere más trabajo, no menos". Otros se preocupan que cualquier efecto positivo sea de corta duración porque la gente se acostumbraría en la semana de cuatro días y dejaría de intentar "compensar" con más productividad; y menos tiempo y un enfoque extremo en la productividad significa menos formación, reflexión, socialización, menos transferencia de conocimiento tácito, todo esto ligado a la innovación a largo plazo. También se ha sugerido que reducir un día completamente no es tan productivo como reducir las horas de trabajo diarias, como se hizo en un hogar de mayores en Suecia, obteniendo buenos resultados.
Para los que están a favor, es tentador tratar una semana laboral más corta como una simple manifestación de la ley de Parkinson: "El trabajo se amplía para llenar el tiempo que se le asigna". Aun así, no es tan sencillo, y los directivos y los especialistas en recursos humanos tienen que ser conscientes del impacto de la cultura organizativa, el clima y la comprensión compartida antes de experimentar con una semana laboral más corta.
"Experimento" es la palabra clave aquí, puesto que todavía no sabemos bastante sobre los efectos a largo plazo. A pesar de que Harvard Business Review y otras publicaciones de gestión han elaborado guías y estrategias sobre cómo implementar la semana laboral de cuatro días, todavía quedan algunas preguntas: para qué trabajadores es más adecuada? Nuestra cultura de empresa es adecuada para hacerla funcionar? Si hay buenos resultados, cómo los mantenemos? En qué áreas/mercados funciona mejor? Cómo nos aseguramos que los líderes y los equipos estén alineados y de acuerdo con la semana más corta?
Cuanto más claras sean las expectativas y los objetivos, más personas podrán trabajar de manera inteligente en lugar de trabajar duro
Los procesos y las normativas se pueden cambiar más rápidamente que las mentalidades, y para que esto funcione hace falta que haya alineación y una visión común entre las diferentes partes interesadas. Cualquier empresa que quiera implementar una semana laboral de cuatro días primero tiene que crear una comprensión compartida de lo que esto significa, qué se espera en términos de productividad y resultados, y ofrecer a los empleados mucha claridad.
Esto significa crear métricas de rendimiento útiles, objetivos significativos para tareas y proyectos. Gestionar continuamente por objetivos y proporcionar feedback a menudo puede aumentar la productividad por hora (necesario si se quiere trabajar menos y producir lo mismo) y eliminar el presencialismo. Cuanto más claras sean las expectativas y los objetivos, más gente será capaz de trabajar de manera inteligente en lugar de trabajar duro: no se trata de hacerlo más rápido, sino de trabajar de manera más inteligente y estratégica. Esto puede requerir un esfuerzo de la dirección superior y de los líderes de equipo para minimizar las reuniones innecesarias y tener cuidado del tiempo de concentración de las personas, así como el compromiso de reevaluar y ajustar continuamente cómo se vive la semana laboral más corta en la organización.