Mariano de las Heras
Director del Máster en Dirección y Gestión de Personas en las Organizaciones
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Como dice la letra de la canción El final del verano llegó, toca volver al trabajo, regresar a la oficina tras un periodo vacacional en el que, con toda seguridad, se ha desconectado, disfrutado, relajado y, concretamente, este año tras dos veranos de confinamiento y de un importante sobre esfuerzo laboral, "se ha vivido con una mayor intensidad".
Según un estudio de Adecco, la vuelta al trabajo genera en un 37% de la población empleada un conjunto de síntomas, sentimientos, sensaciones y pensamientos que, tanto de forma emocional como física, dificultan el proceso de readaptación a la vida laboral tras el periodo de vacaciones. El síndrome postvacacional o estrés postvacacional, tal como lo denominan los psicólogos, es un proceso transitorio y pasajero, no considerado como trastorno (patología médica) y cuyo malestar suele remitir de forma espontánea en una o dos semanas y, por ello, debe tratarse como un proceso de adaptación.
Según un estudio, la vuelta al trabajo genera síndrome postvacacional en un 37% de los trabajadores. Para sobrellevarlo mejor, serán claves factores como la actitud y la gestión del tiempo
Como consecuencia de la pandemia y de unas previsiones socioeconómicas y medioambientales que auguran un "otoño caliente", el regreso al trabajo será este año mucho más duro que en periodos anteriores al 2019, provocando con toda seguridad un repunte e incremento de este mal llamado síndrome postvacacional.
Aquellas personas más predispuestas a sufrir este malestar, deberían seguir una serie de pautas para sobrellevar y superarlo. Factores como la actitud y la gestión del tiempo serán determinantes para poder adaptarse a estos cambios de horarios, obligaciones y estilo de vida. Dichos consejos deben tener como base el siguiente razonamiento: Las vacaciones son necesarias y beneficiosas para nuestra salud física y mental, pero como dicen los psicólogos, "sin trabajo, no hay vacaciones". El objetivo, pues, es minimizar la percepción de un supuesto enfrentamiento entre trabajo y vacaciones.
Hasta aquí se han facilitado recomendaciones focalizadas en la responsabilidad de gestionar mejor este síndrome desde el punto de vista de la persona empleada, pero nada se ha mencionado en cuanto al papel de la empresa.
En este sentido, las empresas deberían tomar ciertas medidas de apoyo y ayuda en la vuelta a la actividad con las que favorecer el bienestar laboral de los trabajadores y en base a una mayor flexibilidad que permita conciliar la vida personal y la laboral en los primeros momentos.
En esta estrategia, los departamentos de recursos humanos serán claves por su responsabilidad en cuanto al fomento de la gradual vuelta al trabajo y a garantizar el bienestar mental y laboral de los trabajadores. Se deberá tener muy en cuenta el impacto emocional y económico como consecuencia de la situación de incertidumbre a nivel mundial que estamos viviendo.
Por tanto, desde la empresa se debe asegurar una eficaz vuelta a la actividad laboral de los trabajadores tras las vacaciones, ya que tendrá su impacto en el bienestar laboral y, por ente, en la productividad y el rendimiento, lo que dará lugar a la consecución de mejores resultados.