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Vacunas covid-19: una loncha de Emmental con pocos agujeros

21 Diciembre - 2020

Vicente Ortún
Director del Máster en Administración y Dirección de Servicios Sanitarios
Catedrático Emérito contratado

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Cada año emergen en el mundo entre dos y cinco virus zoonóticos, producto de nuevas interacciones entre el hombre y los animales. La destrucción de hábitats natrales aumenta la probabilidad de que un patógeno efectúe el salto al mundo de los humanos

vacuna covid-19

Múltiples capas de protección, imaginadas como lonchas de queso, bloquean la propagación del nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2 que provoca el covid-19. Ninguna capa es perfecta, cada una tiene agujeros y cuando estos se alinean, aumenta el riesgo de infección. Pero distintas capas combinadas (distancia social, mascarillas, limpieza de manos, pruebas y trazado, ventilación y mensajes gubernamentales) reducen significativamente el riesgo global. La vacuna añadirá una capa protectora más.

Hasta que las vacunes no estén disponibles y se distribuían ampliamente, deberemos continuar con mascarillas y otras medidas de sentido común para protegernos a nosotros mismos y a los demás. Quedan olas por surfear, como se decía en un artículo anterior.

La pandemia ha acelerado la ciencia y ha generado volatilidad en el conocimiento científico. Tres años para secuenciar el virus del VIH, un mes para secuenciar el virus del covid-19

El concepto de queso suizo lo originó James Reason en su libro de 1990, Human Error. Cada loncha tiene agujeros o erratas, y estos pueden cambiar en número, medida y ubicación en función de cómo nos comportamos en respuesta a cada intervención.

cheese covid

El ratón de la incertidumbre

La pandemia ha acelerado la ciencia, que ha generado volatilidad en el conocimiento científico. Tres años para secuenciar el virus del VIH, un mes para secuenciar el virus del covid-19. Vacunas desarrolladas con distintasaproximaciones y gradualmente autorizadas, por lo que respecta a eficacia y seguridad, para las agencias reguladoras bajo una presión sin precedentes.

Una vacuna puede actuar frente a la infección, la transmisión o la enfermedad, pero lo verdaderamente importante es saber su efecto ante la enfermedad severa y la muerte. Y no es posible demostrar estos dos últimos aspectos en la fase 3 de su desarrollo; de hecho, cualquier prueba de la eficacia con respecto a enfermedad severa o mortalidad en poblaciones de riesgo solo se conseguirá después de su licencia a través de los grandes estudios epidemiológicos.

Aunque pequeños, los grupos antivacunas tienen posiciones más centrales en redes y su contenido es más diverso y entretenido

Ciertamente, llevará un tiempo establecer cuántas muertes evitan las vacunas, pero esta incertidumbre es consustancial a muchas tecnologías… y yo, aunque no sea obligatorio todavía, me vacunaré, como lo harán la gran mayoría de las personas mejor informadas que conozco –con alguna excepción como la del amigo Juan Gérvas, que esperará a tener más resultados.

El ratón de la desinformación

El ratón de la desinformación puede erosionar cualquiera de estas capas. Las personas que no tengan dudas sobre una intervención podrán dejarse influenciar por una voz fuerte y sonora que proclame que una capa concreta no es eficaz. Normalmente, esta voz no es en absoluto experta en el tema.

"Prevenir no siempre es mejor que curar" o "no todas las vacunas son adecuadas" constituyen algunas de las afirmaciones universales contrastables, científicas, por tanto. Nada que ver con un exponente de otra pandemia, la desconfianza en la ciencia que exhiben algunos grupos de antivacunas sistémicos que difunden noticias falsas dificultando que la gente se vacune. Y las redes sociales potencian su impacto, como analiza Antonio Cabrales: hay menos nodos antivacunas, pero son más centrales en redes.

Mientras que el ratón de la incertidumbre se combate con investigación y no es reservorio de patógenos, el ratón de la desinformación conlleva un virus peligroso que aconseja una intervención pública democrática y efectiva

El aislamiento de los que están a favor de la vacunación les puede hacer pensar que sus ideas están más aceptadas de lo que lo están en realidad… Aunque pequeños, los grupos antivacunas tienen posiciones más centrales en las redes. Además, su contenido es más diverso y entretenido (ofrecen consejos de salud y bienestar, medicina alternativa y teorías de la conspiración) mientras que los pro-vacunas son más monotemáticos. Mientras que el ratón de la incertidumbre se combate con investigación y no es reservorio de patógenos, el ratón de la desinformación conlleva un virus peligroso que aconseja una intervención pública democrática y efectiva.

Las vacunas, como el queso, a precio y acceso diferenciados

Los quesos, como los bienes de consumo en general, se obtienen según capacidad adquisitiva. Las vacunas, un bien público por excelencia, se asignan según necesidad –empezando por aquellos en los que el beneficio será mejor. En ausencia de un gobierno mundial, no obstante, los países ricos y los ricos de los países pobres se vacunarán primero con toda la mitigación de esta priorización injusta e inefectiva, para atrasar la inmunidad global, del nacionalismo vacunador que pueda aportar Covax, el mecanismo patrocinado por la Organización Mundial de la Salud y la Alianza Mundial para las Vacunas, dotado de momento con 2.000 millones de dólares.

Rusia, y sobre todo China, también existen

Ya que China ha contenido el SARS-CoV-2 con su uso de las medidas tradicionales de salud pública, los fabricantes chinos de vacunas covid-19 tuvieron que ir al extranjero a probar la eficacia de sus candidatas. No se puede hacer un ensayo clínico para conocer la protección frente a una enfermedad si esta no existe. En algunos de estos países, alguna vacuna china ya ha estado autorizada por su eficacia, mejor facilidad de distribución y menor coste. Muchos acuerdos de suministro ya se han cerrado. Poder blando.

En ausencia de un gobierno mundial, los países ricos y los ricos de los países pobres se vacunarán primero con toda la mitigación de esta priorización injusta e inefectiva del nacionalismo vacunador

Tucídides, término que el historiador Graham Allison utilizó en 2012 para afirmar que el orden mundial de las próximas décadas vendrá definido por la respuesta a la pregunta: ¿Pueden China y los EE. UU. escapar de la trampa de Tucídides? Atenas, ante el miedo que el auge de Esparta y el temor de ver suplantada su posición hegemónica le provocó, declaró las guerras del Peloponeso, que en 30 años llevaron a la destrucción de ambos estados.

Ahora vivimos en un escenario de guerra fría que, por un lado, provocará un cierto desacoplamiento –en dos bloques y, con suerte, Europa no alineada con ninguno de ellos– en industrias estratégicas, particularmente TIC, pero, de otro, no se podrá evitar un avance en la globalización del trabajo profesional, la aceleración de lo que hemos vivido estos últimos meses.

Un recuerdo sobre las pandemias que vendrán

Cada año emergen en el mundo entre dos y cinco virus zoonóticos, producto de nuevas interacciones entre hombres y animales. El SARS-CoV-2 es uno de ellos. La pérdida de biodiversidad, consecuencia de la destrucción de hábitats naturales y de la ocupación humana de nuevos espacios, aumenta la probabilidad de que un patógeno efectúe el salto del mundo animal al de los humanos. Disminuir el riesgo de futuras pandemias requiere actuar sobre el calentamiento global, la amenaza más importante en el mundo, ya que no existirá bienestar humano en un planeta enfermo.

¿Mejorará nuestra memoria u olvidaremos estos problemas como si fuesen las inundaciones del Danubio?

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