Ramon Bastida, Director del Postgrado en Emprendimiento Social y Desarrollo Sostenible
Las organizaciones deberían ser capaces de crear valor económico para sus accionistas, pero también valor social y medioambiental para todos sus grupos de interés. Así lo plantearon los profesores Porter y Kramer en 2011 en la teoría de la creación del valor compartido. Y para pasar cuentas es necesario técnicas de medición de este valor. Aunque se trataba de un campo desconocido para el gran público, hace algunos años ya existían aplicaciones pioneras de medición del impacto social. Por ejemplo, en 1966, la NASA ya utilizaba indicadores de medición de impacto social de sus programas. Actualmente, siguen utilizando este tipo de indicadores.
Ha llovido mucho desde entonces y la medición del impacto social ha evolucionado mucho.
Un primer cambio que se ha producido en los últimos años es que la medición del impacto social ha pasado a ser una actividad que desarrollaban las empresas sociales y las entidades no lucrativas para medir la consecución de su misión, a aplicarse en todo tipo de empresas y organizaciones, y en todo tipo de sectores (financiero, educación, inmobiliario, etc.).
Un segundo cambio es que hemos pasado de disponer de unos pocos métodos y herramientas de medición del impacto social centradas en el campo de la economía social y el tercer sector, a múltiples marcos conceptuales, métodos y herramientas. Según un estudio reciente realizado por ESIMPACT, sólo en España se utilizan más de 10 métodos diferentes. Otras fuentes hablan de más de 100 métodos de medición de impacto diferentes. Esta variedad provoca confusión en las organizaciones que deben preparar la información y en las personas usuarias de la misma. Además, se produce un incremento en el coste de preparación de la información.
Sólo en España se utilizan más de 10 métodos distintos de medición del impacto social, cosa que provoca confusión en las organizaciones y en los usuarios
Y un tercer cambio es la diversidad de objetivos para la medición del impacto. Algunas organizaciones miden el impacto social para asegurarse que están cumpliendo con su misión, mientras que otras tienen como objetivo informar a sus grupos de interés. Algunas organizaciones sencillamente miden el impacto social para cumplir con la normativa.
Actualmente, se está produciendo un cambio de paradigma en la creación de valor de las organizaciones. Este cambio de paradigma se apoya al menos en tres factores clave:
Otro factor importante y necesario para consolidar este nuevo paradigma es la medición del valor social y medioambiental.
Los ODS son una guía para que los Estados y también las organizaciones pueden definir sus objetivos de creación de valor social y medioambiental en base a los 17 ODS o retos más relevantes del planeta.
La evolución de la medición del impacto social parece imparable debido a las necesidades de información de las organizaciones y sus grupos de interés. Esto plantea algunos retos importantes para poder avanzar en la mejora de la medición: